Huérfano de madre por culpa de Pablo Escobar, el senador y aspirante a la presidencia de Colombia Miguel Uribe, que el sábado fue víctima de un ataque a tiros en un acto político, se ganó un espacio en la cúpula de la derecha colombiana pese a su corta edad.
El 25 de enero de 1991 Uribe, que entonces tenía cuatro años, perdió a su madre, Diana Turbay, una afamada periodista que emprendió un viaje en el que supuestamente iba a entrevistar en exclusiva a un líder guerrillero.
Pero en realidad ese era un engaño de Escobar, que la secuestró para presionar al gobierno de entonces buscando evitar la extradición de narcotraficantes colombianos a Estados Unidos. Cuando el ejército intentó liberarla, Turbay fue asesinada y dejó huérfanos a Miguel y a su hermana María Carolina.
Estos hechos son narrados por el Nobel de Literatura Gabriel García Márquez en la apasionante novela "Noticia de un secuestro", que hasta incluye una mención sobre el pequeño Miguel durante la angustiosa espera de cinco meses entre el rapto y el asesinato.
Miguel creció en el seno de una familia con peso político, pues el abuelo Julio César Turbay fue presidente entre 1978 y 1982, y así Uribe estudió en uno de los mejores colegios de Bogotá, se recibió de abogado y luego cursó una maestría en la Universidad de Harvard.

Primero fue concejal en Bogotá, de ahí pasó secretario de gobierno y candidato a la alcaldía de la capital. En 2022 se convirtió en senador con el partido de derecha Centro Democrático y el año pasado anunció que aspiraría a la presidencia.
En un acto de campaña en un barrio popular de Bogotá, el político de 39 años fue alcanzado por balas disparadas por un sicario de 15 años, luego detenido por la policía.
Minutos antes de los tiros, recordó a su madre en un discurso para convencer a quienes lo escuchaban de que es una persona que vivió en "carne propia" la violencia. "Hace 30 años perdí mi mamá por cuenta del secuestro y del asesinato", se le escuchaba decir en un video obtenido por la AFP, en el que aparece con un micrófono frente a un árbol.
"Yo perdoné a todos los que estuvieron involucrados" en ese crimen, dijo Uribe en 2021 en una entrevista con la revista Bocas. "La reconciliación es lo único que le ayuda a uno a dar el paso y sobrepasar un momento tan difícil".
Duro opositor al presidente Petro
Uribe es uno de los más fuertes críticos del presidente Gustavo Petro y de la izquierda en general. En el Congreso dio múltiples debates en contra de las guerrillas y la política del mandatario de negociar la paz con ellas. También es uno de los principales críticos de las de reformas sociales promovidas por el mandatario.
Usa lentes y siempre está perfectamente peinado, pero pese a estar bien posicionado en la dirigencia del partido, no es el rostro más visible y no se conocían amenazas en su contra.
Tiene un hijo de dos años y tiene un lema que repite como mantra: "Colombia tiene futuro". El líder natural del Centro Democrático, el expresidente Álvaro Uribe, lo considera una "esperanza de la Patria".
Es un "gran esposo, padre, hijo, hermano" y "compañero de trabajo", dijo tras el atentado el influyente exmandatario que gobernó entre 2002 y 2010, y que no tiene parentesco con el joven dirigente con el que comparten apellido. Cuando aspiró a la alcaldía de Bogotá, en 2019, Miguel Uribe se definió a sí mismo como un político "transparente, sin ningún escándalo de corrupción".
Por ese entonces, promovía la mano dura contra el crimen como camino para solucionar los problemas de seguridad de la ciudad y la lucha contra el consumo de drogas.
Para ser el candidato de la derecha en las elecciones de 2026, tiene que competir antes con pesos pesados de la política cercanos a Álvaro Uribe.
El atentado en su contra marca uno de los episodios más oscuros de la política colombiana en este siglo.
En 1948 y entre los años 80 y 90, cinco candidatos presidenciales fueron asesinados. En la mayoría de los casos, presuntamente estuvieron detrás de los crímenes los carteles del narcotráfico aliados con otros políticos y agentes del Estado.
AFP/HB