El fracaso del debate legislativo para reformar el sistema previsional esconde algunos datos que encienden luces amarillas en el tablero económico: la jubilación mínima experimenta una tendencia bajista por el congelamiento del bono de $70.000, a pesar de la estabilización de la inflación en torno al 2% - 3% mensual. La situación se agrava por la coyuntura, ya que los haberes venían de una caída de 4,3% en términos reales entre diciembre de 2023 y el mismo mes de 2024.
El bloque kirchnerista en la Cámara de Diputados había pedido una sesión especial para discutir un proyecto de ley que incluya un incremento de 7,2% de las jubilaciones y pensiones en concepto de la inflación no contemplada con el cambio de la movilidad jubilatoria, así como una actualización a $115.000 del bono, que se encuentra congelado desde marzo del año pasado, y la prórroga de la moratoria que venció a fines de marzo.
Fracasó la sesión para aumentar las jubilaciones
Sin embargo, el Gobierno de Javier Milei se anotó una victoria al no facilitar el quorum para sesionar. Apoyado por sus aliados del PRO y la Unión Cívica Radical (UCR), el oficialismo volteó la jornada legislativa y evitó la discusión de un rediseño del cálculo jubilatorio.
Tanto La Libertad Avanza como sus socios parlamentarios rechazan la iniciativa de la oposición al considerar que tendrá un impacto fiscal inaceptable en tiempos de motosierra sobre el gasto público. “Atenta contra el plan económico”, había sentenciado el titular de la bancada del PRO, Cristian Ritondo, en un evento empresario organizado por AmCham.
“Esta estructura de legislación que piden produce un agujero fiscal muy grande al Gobierno. No vamos a acompañar esa agenda, vamos a esperar que no haya quorum”, sumó Ritondo, alineado con la Casa Rosada en cuanto a la posibilidad de mejorar las remuneraciones de jubilados y pensionados.
El Gobierno modificó la fórmula de movilidad jubilatoria en abril de 2024 al implementar una actualización basada en el último dato disponible del Índice de Precios al Consumidor (IPC) difundido por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). La modificación reflejó una recuperación relativa de la jubilación mínima en el segundo trimestre del año, ya que a eso sumó un 12,5% para compensar por los meses de desacople al cambiar de régimen.
Por ese entonces, el arco opositor denunció que el oficialismo tendría que haber agregado un 8,1% más a la ecuación para compensar la pérdida del poder adquisitivo sufrido en enero, cuando la inflación marcaba 20,6% tras el pico de 25,5% de diciembre de 2023.
Ese bache entre los dos sistemas jubilatorios derivó en la aprobación en el Congreso de una ley que otorgaba a los jubilados y pensionados ese 8,1% extra; establecía que el haber mínimo no podía ser inferior a 1,09 canastas básicas por adulto y postulaba que las actualizaciones mensuales tengan en cuenta la evolución salarial.
Milei vetó la normativa y logró que su decisión prevalezca en la cámara baja con el apoyo de 87 diputados, entre oficialistas y aliados del PRO, la UCR y partidos provinciales. De hecho, el presidente organizó un asado con los "87 héroes" para celebrar que a los beneficiarios de jubilaciones y pensiones no se les pagó un extra de $12.000 por mes.
Jubilaciones estancadas
Un informe de la Universidad Católica Argentina (UCA) detectó que los haberes mínimos en abril, de $285.821 sin bono compensatorio y $355.821 con el extra de $70.000, se mantuvieron cercanos al promedio del primer trimestre del año ajustado por inflación ($363.774), "pero se percibe una tendencia a la baja en los montos reales desde diciembre de 2024".
"En un contexto más amplio, el haber mínimo bonificado de abril de 2025 fue un 24,5% superior a los $285.895 otorgados en febrero de 2024, el punto más bajo en los últimos años, y representó un 77,4% del haber mínimo promedio de 2018, último año sin bonos compensatorios", grafica el reporte.
A partir del tercer trimestre de 2024, el valor a precios corrientes se estabilizó alrededor de los $366.000, con bono incluido. El guarismo más alto en este periodo tuvo lugar en junio con $374.264, y, desde entonces, se observa una tendencia a la baja en los montos reales. Esta dinámica se explica por el congelamiento del bono de $70.000, mientras que el resto de la remuneración creció a la par del IPC.
"El monto real promedio de estos haberes cayó entre 2013 y 2023 algo más del 40% sin considerar los bonos no remunerativos (de $550.404 a $320.196) y 25% si los tenemos en cuenta ($415.830). Dichos bonos, que se comenzaron a otorgar discrecionalmente hacia fines de 2019 y se vienen otorgando mensualmente desde mediados de 2022, atenuaron la caída del haber mínimo durante el período de alta inflación de 2022-2024", remarcaron desde la UCA.
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Según el análisis universitario, el momento más crítico ocurrió en febrero del año pasado, cuando la mínima se desplomó a $188.055 sin el bono y a $285.895 con el bono: "Estos valores representan una caída del 66% y 48% con respecto al haber promedio del año 2013. En ese mes, sin ser el valor más bajo de la serie, la jubilación mínima con bono era similar a la que se percibía entre 2003-2004".
La Fundación de Investigaciones Económicas (FIEL) estimó que, entre fines de 2023 y 2024, las jubilaciones crecieron 4,2%, pero quienes perciben la mínima más el bono compensatorio acusaron una pérdida de 4,6% en términos reales debido a la erosión inflacionaria. Además, el gasto en jubilaciones y pensiones retrocedió de 6,8% del Producto Bruto Interno (PBI) en 2023 a 6,1% en 2024.
A pesar de la contracción en el poder adquisitivo de los adultos mayores, los últimos datos fiscales muestran un incremento en las erogaciones jubilatorias de 21% anual real en abril. El rubro de asignaciones familiares también creció a un ritmo de 33% a lo largo del mes anterior. El equipo económico compensa el aumento de las partidas destinadas al pago de haberes con una reducción de los subsidios energéticos.
MFN/ML
