Son alrededor de 1.500 las bibliotecas populares del país que estarían en riesgo con los cambios que introdujo el gobierno de Javier Milei en el ámbito de la cultura a través del decreto 345/2025 publicado la semana pasada en el Boletín Oficial. Ante esa avanzada organizaciones internacionales y escritores manifestaron su preocupación.
La modificación del Gobierno implica que la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (Conabip) pase a ser una dirección general, pasando de ser un organismo desconcentrado a uno centralizado, dependiente de la secretaría de Cultura. Esta institución, que fue creada por Domingo FaustinoSarmiento en 1870, perdería autonomía de aprobarse el decreto. “Desmantela una política pública histórica, exitosa y profundamente democrática”, advierte la Red Internacional por las Bibliotecas Populares.
Ante la resolución, exministros y exsecretarios de Cultura de diversos gobiernos (del menemismo, del macrismo y del kirchnerismo), así como expresidentes de la Conabip, reclamaron que el Congreso rechace el decreto.
La División Regional de América Latina y el Caribe de la Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios e Instituciones (IFLA LAC) emitió el pasado martes una declaración en la que expresó “solidaridad y preocupación” por las disposiciones ideadas por el ministro Federico Sturzenegger y la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei.
La Conabip también recibió el apoyo de la Fundación El Libro (organizadora de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires), la Cámara Argentina del Libro, la Asociación de Bibliotecarios Graduados de la República Argentina, la Sociedad de Escritoras y Escritores de la Argentina, la Unión de Escritoras y Escritores y el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales.
Apoyo internacional y de artistas a la CONABIP
Por su parte, la Red Internacional por las Bibliotecas Populares reunió más de 5300 firmas de apoyo y adhesión de artistas y personas vinculadas a la cultura de Argentina, Alemania, Australia, Brasil, Canadá, Colombia, Ecuador, El Salvador, España, Estados Unidos, Francia, Honduras, Italia, México, Nueva Zelanda, Perú y Uruguay.
Entre quienes adhirieron de Argentina se encuentran Griselda Gambaro, León Gieco, Claudia Piñeiro, Alan Pauls, Santiago Kovadloff, Selva Almada, Dolores Reyes, Ángela Pradelli, María Rosa Lojo, Fernanda García Lao, Martín Kohan, Poly Bernatene, María Teresa Andruetto, Leila Guerriero, Alejandro Dolina, Guillermo Saccomano, Gabriela Cabezón Cámara, Diana Bellessi, Guillermo Martínez y Laura Devetach.
También firmaron la petición Liliana Heker, Mauricio Kartun, Liliana Herrero, Víctor Heredia, Cristina Banegas, Cecilia Roth, Ricardo Bartís, Maitena Burundarena, Tute, Miguel Rep, Isol, Juan Sasturain, Sergio Olguín, Alejandro Tantanian, Esther Cross, Maristella Svampa, Horacio Tarcus, Andrea Giunta, María Ines Krimer, Liliana Viola, Inés Garland, Paula Bombara, Oche Califa, Paula Perez Alonso, Gloria Peirano, Camila Sosa Villada, Gustavo Nielsen, Andrés Neuman, Alicia Salomone, Américo Castilla y María Silvia Lacorazza.
“Su estructura federal y participativa ha garantizado un funcionamiento democrático y cercano a las necesidades locales. Estas bibliotecas ofrecen hoy programas fundamentales para la promoción de la lectura, el desarrollo de actividades culturales y el al libro en las distintas provincias del país. Desde la Cámara Argentina del Libro, destacamos su rol esencial en el desarrollo cultural y consideramos indispensable que mantenga su estructura federal, su autonomía y su presupuesto”, manifestaron desde la Cámara Argentina del Libro.