“Este es el momento de avanzar, si no avanzamos ahora, no avanzamos más”. Es una de las frases que usa un funcionario del Gobierno para explicar por qué se profundizaron ciertas peleas, como la que mantiene con el sindicalismo o los medios de comunicación. Una batalla que tendrá varios capítulos por delante y que cuenta con dos ministros como protagonistas excluyentes.
El oficialismo aparece envalentonado tras la elección legislativa de la Ciudad de Buenos Aires que consagró a su candidato, Manuel Adorni, y con encuestas que muestran que el respaldo a la istración Javier Milei sigue siendo importante. Y sabe que estos son los instantes que debe aprovechar para mantener e intensificar todos los frentes de disputa que se dedicó a abrir desde el 10 de diciembre de 2023.
En La Libertad Avanza sienten que le ganaron un round clave a la denominada “casta política” que encarnaron en la última contienda electoral porteña el PRO y la coalición que llevó a Leandro Santoro como primer candidato a legislador. No obstante, para Javier Milei y parte de su elenco aparece la necesidad de ir por más y en la última semana aparecieron nuevos signos de confrontación total.
Las restricciones a las acreditaciones y movimientos de periodistas que cubren los movimientos de la Casa Rosada, además de los dardos constantes que emite el Presidente contra comunicadores vía redes sociales, toman dimensión en este marco de conflictos al unísono que encaró LLA. Con el sindicalismo y la CGT en primer plano, nuevamente, y tras el paro general del último 10 de abril, el tercero en la era libertaria.
Las medidas que enseñó el Gobierno contra el gremialismo no fueron casuales: al techo paritario del 1% que impuso en cada negociación salarial desde este año, se sumó el decreto 340/2025 que restringe el derecho a huelga y liquida la paritaria nacional docente. En la calle Azopardo añaden que es inminente la aparición de un decreto para terminar con la Dirección de Vialidad Nacional, que dejaría a cientos de trabajadores en la calle y que ya cuenta con el gremio de Graciela Aleña ofreciendo resistencia con marchas continuas.
El decreto que elimina la Dirección de Vialidad abrirá otro frente
Detrás de esta renovada ofensiva, que comenzó desde el inicio de la era Milei con el decreto 70/2023 que consagró una reforma laboral sin consulta con la CGT, hay dos funcionarios que ganaron terreno contra aquellos que siempre hicieron gala de sus vínculos con los caciques sindicales. Uno es Luis “Toto” Caputo, el titular de Hacienda, ideólogo del techo de remuneraciones que lleva a que cada negociación de haberes entre gremios y patronal no supere el promedio inflacionario y se estanque en torno al 1%. Fuera de ese número, las paritarias no son homologadas por la secretaría de Trabajo de Julio Cordero que opera en la órbita del Ministerio de Capital Humano, cartera que está en manos de Sandra Pettovello.
La presión de Economía hacia el área laboral es tal que corrió la versión de que pasaría a manos de Hacienda. Una fuente libertaria de recorrido por pasillos oficiales no lo desmiente ante la consulta de PERFIL. Aunque agrega que Caputo siempre estuvo encima de Trabajo por el tema paritario, lo que desdibujó el rol de Cordero en cada negociación.
El otro integrante del elenco de gestión de Javier Milei que propone un choque abierto contra el sindicalismo es Federico Sturzenegger, el ministro de Desregulación y Transformación del Estado. Fue el autor del polémico decreto que será judicializado por la pata legal de las centrales obreras y nunca le interesó tejer algún vínculo con la CGT y sus adyacencias. Tal como recuerda un exfuncionario, tiene “un espíritu abiertamente antisindical” y promete continuar por esa vía.
Enfrente a la dupla Caputo - Sturzenegger, aparecen Guillermo Francos, el jefe de Gabinete de la Nación, y Cordero. Son, junto al asesor presidencial Santiago Caputo, los que mejores conexiones sindicales disponen y no aparecen dispuestos a seguir confrontando.
Como remarca un cuadro de la calle Azopardo 802, justo en pleno combate y con la CGT comunicando acciones contra el Gobierno, Francos recibió en su despacho a Héctor Daer, el secretario general cegetista. Fue el jueves y el secretario de Sanidad se mostró en pleno patio de las palmeras de la Rosada y se animó a dialogar con los periodistas presentes sobre el conflicto.
Un día antes, otro funcionario mantuvo un encuentro con un líder sindical e integrante de la mesa chica de la CGT: Cordero invitó a su oficina de la calle Alem, sede de Trabajo, a Sergio Romero, secretario general de la Unión de Docentes Argentinos (UDA). Fueron dos gestos ineludibles y que marcaron que dentro del Gobierno existen diferencias claras sobre qué relación se debe mantener con los cuadros gremiales.
A propósito de la judicialización del polémico decreto, entre otras disposiciones, en la Casa Rosada muestran optimismo. Saben que la Justicia se tomará su tiempo en fallar y afirman que lo que pueda determinar la Organización Internacional del Trabajo (OIT) no es vinculante. De hecho, Milei detesta esa clase de organismos internacionales.
La CGT discute qué camino tomar
La CGT está dispuesta a ir hasta las últimas consecuencias para derribar el decreto 340 y cada uno de los referentes dio señales de que la disputa continuará vía judicial. Como así sucedió con el decreto 70/2023, que fue objetado por la Cámara Nacional de Trabajo, el 340 será derribado por la Justicia, aseguran en la central obrera que planifica una reunión en los próximos días para analizar qué más se puede hacer.
¿Paro general? Ya lo dijo Héctor Daer: no hay clima y tampoco convicción puertas adentro para que una nueva huelga general sea realidad. Sí, en cambio, como pide el ala identificada con Hugo Moyano, hay una idea de fomentar y respaldar los paros sectoriales que se van a producir en los próximos días. Incluso, imaginan huelgas continuas y por áreas. “Que un día pare el sector aeronáutico, otro el de los camioneros, otro los aceiteros. Huelgas que se extiendan a lo largo del tiempo”, propone un miembro del consejo directivo de la central ante este medio.
Por otro lado, habrá reclamos en foros internacionales. No solo estará la CGT en la cumbre de la OIT en Ginebra, Suiza: en las últimas horas, se confirmó que la Unión de los Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) participará de la cumbre. Estará representada por Norma Morales, la secretaria adjunta, y Nicolás Caropresi, miembro del ejecutivo nacional. Anticiparon que van a exponer la política de ajuste libertaria, con números, y una precisión sobre aquellos sectores que terminaron más perjudicados, como las mujeres y la juventud. “hay una desprotección atroz, con el congelamiento del salario mínimo vital y móvil y la eliminación del monotributo social, entre otras medidas que perjudicaron a la sociedad”, especificaron.