“(Los trabajadores) le venden trabajo a su empleador a cambio de pesos, para -con esos pesos- comprar otros bienes”, dijo el presidente Javier Milei en el Latam Economic Forum 2025. Es un evento organizado por una empresa que le vende análisis sobre el mercado financiero a otras empresas para que puedan hacer mejores negocios financieros. No le vende informes sobre cómo producir mejor o sobre cómo invertir para producir mejor. Le vende tips para la bicicleta financiera
La frase de Milei fue un esfuerzo sobrehumano por quedar bien con los empresarios a los que les está regalando el país y a los que les está regalando los sueldos licuados en paritarias condicionadas por el gobierno. Son los mismos a los que ya le regaló la devaluación con la que debutó como jefe de Estado y provocó un aumento de precios de más del cien por cien.
Ese día, pasaron del bolsillo de quienes trabajamos cientos de miles de pesos hacia la cajas fuertes de los dueños de las empresas alimenticias y energéticas.
Solo alguien que no trabajó bajo patrón o que defiende los intereses de los patrones puede decir una burrada semejante. Solo alguien que nunca tuvo que hacer malabares para llegar a fin de mes, mientras el patrón se da la gran vida, puede decir algo así sin ponerse colorado.
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Los únicos explotadores son los que pagan menos de lo que vale nuestra fuerza de trabajo. ¿Y cómo sabemos cuánto vale nuestra fuerza de trabajo? Porque hace 20 años calculamos cuánto deben ganar todos los trabajadores por su trabajo, según lo define la Constitución nacional (artículo 14 bis) y la Ley de Contrato de Trabajo (artículo 116), que dice que el salario debe alcanzar como mínimo para que la familia de un trabajador pueda resolver las nueve necesidades vitales: alimentación adecuada, vivienda digna, educación, vestuario, asistencia sanitaria, transporte y esparcimiento, vacaciones y previsión.
Y desde hace 20 años luchamos por conquistar ese derecho y para lograrlo tuvimos que hacer huelgas porque ningún patrón entiende los dolores ni las necesidades de los trabajadores que le vendemos lo único que tenemos: nuestra fuerza de trabajo.
La actualización de ese Salario Mínimo Vital y Móvil de enero 2025 es de 2.037.220 pesos de sueldo bruto para cubrir esas necesidades. Eso es lo que debemos cobrar -como mínimo- los trabajadores para vivir dignamente. Cuando los patrones no pagan eso se quedan con la parte del salario que nos corresponde. Y se quedan con esa parte porque nos explotan ellos a nosotros y no al revés.
*Secretario general de la Federación Aceitera y Desmotadora de Algodón