OPINIóN

El efímero poder de los zánganos

abejas
Imagen ilustrativa | Pixabay

"La paciencia de las abejas no es igual a la de los hombres", decía Maurice Maeterlinck en su célebre tratado "La vida de las abejas".

El autor, aferrado al simbolismo, cuenta la edificante historia de los zánganos. Es bajo el sopor del verano y en los calurosos días de arduo trabajo en la colmena, en medio del incesante ir y venir de las obreras, que estos gigantes inútiles, pesados e indulgentes, hacen vida regalada y alegre. Así, se hinchan metiendo sus cabezas en los grandes cubos donde está la miel más exquisita, para luego ensuciar con excremento el camino del trabajo.

Ocupan por un tiempo el protagonismo de la escena, al abrirse paso a paso a empellones para que sus hipócritas sonrisas y falsa espontaneidad se hagan visibles, sin notar que en el intento han volcado la preciosa carga de las obreras. Visten ropaje pretencioso y falto de refinamiento. De ese modo se ubican en los rincones más tibios y cómodos de las moradas a la espera de las fiestas sin límites.

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Nadie se salva solo

Pero una mañana vaporosa y aún impregnada de los secretos perfumes de la noche, los zánganos todavía atontados, somnolientos y pasados de libar del ánfora toda la miel desdichada, descubren que aquellas obreras, constructoras de las viviendas de los zánganos, en la fundación de la colmena, tras una orden que sólo Dios sabe quién da, los despedazan sin impunidad, sin leyes, ni jueces benefactores, inevitables, implacables.

Entonces aquellos dioses que se creyeron indispensables terminan finalmente sus sueños de eternidad, como recuerdos arrumbados en un rincón del cementerio.

Pero la vida continúa. Y aunque los zánganos volverán a nacer y repetirán cada uno de sus innobles actos, bueno es saber que un día las abejas perderán la paciencia y harán tronar el escarmiento.

Maurice Maeterlinck tenía razón, la paciencia de las abejas no es igual a la de los hombres.

Queda a disposición del lector la posibilidad de reflexionar acerca de la humanidad de las abejas o la animalidad de los hombres.