En el primer trimestre de 2025, las ventas de maquinaria agrícola aumentaron 19% con respecto al mismo período del año pasado, tanto en los equipos nacionales como importados de todos los segmentos de maquinaria registran subas interanuales.
Aunque lo precios internacionales no acompañan, las buenas perspectivas de producción de maíz y soja, así como los créditos con tasas de interés más atrayentes, impulsaron la demanda en el comienzo del año. A ello se le suma la necesidad de los productores de modernizar sus maquinarias, con el objetivo de mejorar la productividad cuando los márgenes son estrechos.
Todos los segmentos aumentaron sus unidades vendidas. Las cosechadoras mostraron el mayor incremento con 58,1%, seguidas por sembradoras (+43,8%), implementos (+36,4%) y tractores (+19,0%), de acuerdo con datos informados por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC).
En cuanto al origen, el 85,1% del total de las unidades vendidas es de producción nacional.
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En los primeros tres meses se facturaron $512.046,2 millones, lo que representa un aumento de 89,7% en relación con el mismo trimestre de 2024.
Los tractores presentaron el nivel de facturación más alto del trimestre, con $165.054,5 millones, mostrando una suba de 47,5% en comparación con igual trimestre del año anterior. Le siguieron las facturaciones de implementos, sembradoras y cosechadoras, que aumentaron 128,9%, 117,2% y 110,2%, respectivamente.
El informe del INDEC se obtiene de un de más de 40 empresas que constituyen el núcleo de la industria e incluye tanto a las que elaboran maquinarias en plantas localizadas en el país como a las que comercializan productos de origen importado.
Polémica por la maquinaria agrícola usada
El 16 de abril pasado, el Gobierno formalizó la simplificación de la importación de bienes de capital usados, lo cual encendió las alarmas entre los fabricantes de origen nacional y multinacional.
El presidente de la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (CAFMA), Enrique Bertini, comentó a PERFIL que “encendemos una luz amarilla porque creemos que va a ser perjudicial para el sector, tanto en lo económico financiero, como en lo laboral, porque podría traer situaciones. Si esto escala y toma un volumen grande, podría disminuir la actividad industrial de unas 1.200 empresas en la cadena de valor con unos 30.000 puestos de trabajo directo”.
Desde el lado de las empresas extranjeras con presencia en el país, Leandro Brito Peret, director Ejecutivo de la Asociación de Fábricas Argentinas de Tractores (AFAT), que agrupa a 8 empresas de origen extranjero con 12 plantas y 16.000 puestos de trabajo en toda la cadena desde los proveedores hasta la venta, sostuvo que las empresas frenaron sus planes de inversión en Argentina tras conocerse la nueva medida.
“Todas dijeron ‘veamos qué pasa en Argentina y más adelante decidiremos. Por el momento, sigamos funcionando como hasta ahora’, ya que se trata de un cambio radical en el modelo de negocios”, relató. “Abrir la importación de bienes de capital usados es fácil hacerlo, pero cuando uno se pone a analizar segmento por segmento y sector, el impacto no es el mismo para todos”, añadió.
LM