El Tribunal Oral Federal 3 (TOF3) de Córdoba emitió este martes su veredicto sobre uno de los casos más resonantes y dolorosos de los últimos años: el secuestro extorsivo y crimen de Santiago Aguilera (18) en Traslasierra.
Por unanimidad los jueces condenaron a prisión perpetua a Walter Gil, un exempleado de la empresa de Carlos Aguilera, padre de Santiago. Consideraron que es responsable del secuestro triplemente agravado del joven y+ de robo.
Aprovechándose de su confianza, el 16 de agosto del 2022 Gil lo sacó engañado desde su casa rumbo al lugar donde una banda -que se investiga en un expediente separado- lo mantuvo cautivo, lo torturó hasta provocarle la muerte. Su cuerpo fue encontrado cinco días más tarde.
En ese lapso, hubo dos mensajes a los teléfonos de la familia del joven exigiendo el pago de $7 millones.
Todo quedó acreditado en el debate oral y público.
El TOF3 también condenó a Julio César Ramírez, por encubrimiento, a cuatro años de prisión. El fiscal general Carlos Gonella había solicitado una pena mayor, de 15 años, como partícipe secundario del secuestro pero los jueces lo absolvieron por ese delito.
En la última audiencia, antes de que se clausurara el debate, el padre de la víctima habló. Exigió justicia por Santiago, relató la tortura que vive la familia desde su desaparición y muerte y se refirió en durísimos términos al instructor de la investigación, el fiscal federal Enrique Senestrari, a quien acusó de no empatizar con la familia, de no recibir prueba ofrecida por ellos y de subestimar la vida de su hijo.
En relación al expediente que está en instrucción, la semana pasada el juez federal Alejandro Sánchez Freytes dictó procesamientos para cuatro personas más, sospechadas de integrar la banda que mantuvo cautivo al joven.
En paralelo, está pendiente de definición un pedido de apartamiento que el abogado querellante que representa a la familia, Alejandro Dragotto, planteó en relación al fiscal Senestrari. El juez Sánchez Freytes resolvió que se dirimirá el planteo en una audiencia, en fecha posterior a la sentencia en el juicio a Gil y Ramírez.
La última audiencia que se desarrolló esta mañana en la sede del TOF 3, sobre calle Faustino Allende, en barrio Cofico estuvo rodeada de un intenso operativo. Desde que los ahora condenados -Gil y Ramírez- estuvieron en el lugar, trasladados desde la cárcel de Bouwer, se cerró la cuadra y el ingreso al tribunal sólo estuvo habilitado a personas autorizadas.
Afuera quedaron familiares y amigos de la familia Aguilera, que instalaron pancartas en apoyo y el reclamo de “Justicia por Santiago”.
