El crecimiento de la industria del bioetanol en Argentina está dejando huellas profundas en el empleo, la economía regional y el ahorro en importaciones.
Para hablar sobre este tema, Canal E se comunicó con Nicolle Pisani Claro, economista de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina FADA, quien comentó que en Argentina, “producimos bioetanol que se mezcla con las naftas y se elabora a partir de caña de azúcar y maíz”. Actualmente, el 12% del combustible que se carga en estaciones está compuesto por bioetanol, un producto clave para la transición energética.
Desde FADA, Pisani y su equipo vienen monitoreando el crecimiento de esta cadena productiva. “En este último tiempo ha crecido y ha generado grandes contribuciones desde el aspecto socioeconómico”, destacó. Según sus datos, el bioetanol está generando inversiones, empleo y desarrollo en el interior del país.
Generación de empleo en el interior productivo
Uno de los datos más significativos del estudio realizado por FADA es el impacto directo sobre el mercado laboral. “Se generan más de 5.000 puestos de trabajo en lo que es la cadena del bioetanol de maíz”, aseguró Pisani. Estos empleos incluyen tareas en el campo, transporte, procesamiento industrial y mantenimiento de maquinaria.
“Es empleo que se genera en el interior productivo”, subrayó, con fuerte presencia en provincias como Córdoba, Santa Fe y Santiago del Estero.
Un ahorro multimillonario para la economía nacional
Además del impacto laboral, el bioetanol aporta a la economía nacional con un importante ahorro de divisas. “Se ahorran alrededor de 400 millones de dólares al año por sustitución de naftas importadas”, afirmó Pisani. Al producir localmente un porcentaje del combustible, se evita la compra externa y se fortalece la balanza comercial.
El informe también revela que en el último año se invirtieron 88 millones de dólares en la expansión y modernización de plantas de producción. A esto se suma un aporte tributario de aproximadamente 180 millones de dólares. “El bioetanol no solo reemplaza importaciones, sino que genera ingresos fiscales”, resaltó la economista.
Desafíos y condiciones para seguir creciendo
Para que esta industria continúe su desarrollo, Pisani enfatiza la necesidad de políticas públicas adecuadas. “Hace falta las condiciones para seguir creciendo”, indicó, señalando la necesidad de financiamiento, promoción de inversiones y formación de mano de obra.
“Subir el corte de bioetanol del 12% actual a un 27% incentivaría aún más la instalación de nuevas plantas y la generación de empleo”, propuso. Este incremento en el porcentaje de bioetanol en las naftas permitiría escalar el impacto económico y ambiental del sector.
¿Es posible reemplazar la nafta completamente?
Consultada sobre un futuro sin combustibles fósiles, Pisani planteó un escenario optimista pero gradual. “Es posible reemplazar completamente la nafta, como ocurre en Brasil”, afirmó. Allí, los s pueden cargar combustibles con alto contenido de etanol e incluso 100% etanol.
“Hay un proceso y un camino largo por recorrer”, aclaró, y remarcó la necesidad de avanzar paso a paso, empezando por elevar el corte en la mezcla actual.