PROTAGONISTAS
detrás de la novelista

Margaret Atwood escribe su vida: el arte de narrarse a una misma

La afamada autora, referente indiscutida de la literatura contemporánea, publicará sus memorias bajo el título “El libro de las vidas”. A través de más de seiscientas páginas, Atwood delinea el mapa de una existencia marcada por la creación literaria, los cruces con la historia y una sensibilidad única para ficcionalizar lo real. “Todo escritor es al menos dos seres: el que vive y el que escribe”, manifiesta la creadora de “El cuento de la criada” y “Los Testamentos”.

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AutobiografÍa. La escritora canadiense cuenta su historia personal al ritmo de sus clásicas y reconocidas fábulas. | afp

Hay dos tipos de lectores (seguramente la cosa podría complejizarse un poco más): a quienes las vidas de los autores que aman no les importa en lo más mínimo y quienes quieren saberlo todo. Los insumos para lo interesados en las vidas de sus ídolos son acotados, pero ahí están. Documentales, artículos, biografías autorizadas, biografías imaginarias y, por supuesto, autobiografías. Y respecto a este último y fundamental grupo, también hay consideraciones para hacer. Quienes las escriben de puño y letra y quienes apuntan a un escritor fantasma. Por supuesto que, en muchos casos en que se terceriza la escritura, el secreto de sumario es infranqueable. Pero uno puede sospechar que los buenos escritores escriben sus propias autobiografías. Y si no lo hacen, al menos puede existir la garantía de que harán el esfuerzo de contratar a alguien que lo haga igual de bien o, quizás, aún mejor que ellos mismos. En todo caso, estamos ante un acontecimiento para los fans de una de las grandes escritoras de nuestro tiempo.

Margaret Atwood titulará sus memorias El libro de las vidas, una decisión bastante en sintonía con ese componente de fábula que tienen algunos de sus textos. La obra contará con 604 páginas, la editará el tanque Penguin Random House y podrá encontrarse en librerías a partir del 4 de noviembre.

La influencia de Margaret Atwood siempre estuvo, aunque la adaptación que llevó a cabo la productora Hulu de El cuento de la criada, con una memorable Elisabeth Moss protagonizando a June Osborne, disparó el nombre de la autora canadiense. Consultada reiteradas veces sobre el mensaje feminista de la obra, la autora siempre apeló a que la obra hable y se resignifique sola. Lo que, a la distancia, podría ser entendido como una decisión sensata, porque algunos sentidos están abiertos y las lecturas de las mejores obras nunca son tan lineales. Lo cierto es que la obra, en términos por lo menos de ciencia ficción, abraza el género y aporta una potencia singular. A las líneas más políticas del género que se perfilaron durante fines de los años 60 y comienzos de los años 70, con Ursula K. Le Guin a la cabeza, Atwood aportó una suerte de radicalidad visceral, que parecía interpelar con sordidez, casi cinismo, mediante una realidad intolerable en su composición agobiante y fascista. Narra una historia distópica en un futuro cercano donde la fertilidad de las mujeres disminuyó drásticamente, lo que lleva a la creación de una sociedad totalitaria, religiosa y conservadora que se conoce con el nombre de Gilead. En el año 2019 –35 años después de la publicación de El cuento de la criada– apareció Los Testamentos, la continuación de la aclamada distopía.

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“Todo escritor es al menos dos seres: el que vive y el que escribe. Aunque todo lo escrito debe haber pasado por sus mentes, no son lo mismo”, dijo la autora respecto a esta nueva publicación.

La autora es una rara avis de la literatura contemporánea, y visitar su literatura deja una sensación refrescante, de que se está leyendo algo que no por sumamente legible deja de ser complejo en sus redes de sentido. Autora de género, pero también poeta, supo construir una voz propia, al tiempo que permeó en el mercado, muchas veces reacio a la calidad.

En la web de Penguin puede leerse que “Atwood despliega la historia de su vida, vinculando momentos seminales con los libros que han dado forma a nuestro paisaje literario, desde el cruel año que engendró Ojo de gato hasta el Berlín orwelliano de los años 80, donde escribió El cuento de la criada. En páginas repletas de reuniones bohemias, su mágica vida con el carismático escritor Graeme Gibson y los principales puntos de inflexión políticos, conocemos a poetas, osos, actores de Hollywood y personajes extraordinarios, sacados directamente de las páginas de una novela de Atwood”.

La autora, de 85 años, ganó entre otras cosas dos Booker Prize, el Premio Arthur C. Clarke, el Premio Franz Kafka y el Premio Princesa de Asturias y todos los años está en la lista de candidatos al Premio Nobel.

Son varias las obras destacables de la autora: Hag Seed, su lectura de La tempestad, de Shakespeare; La mujer comestible; El asesino ciego, por mencionar algunas, además de las dos ya mentadas. Ahora la autora se mete con esa materia maleable hecha de recuerdos y mitologías aceptadas: la vida propia.