PROTAGONISTAS
Darín, camla, mitre y trapero

Los grandes nombres del cine argentino que ahora alimentan el negocio de Netflix

La plataforma apuesta fuerte al talento nacional y consolida su presencia en el país con figuras como Juan José Camla, Ricardo Darín, Santiago Mitre, Daniel Burman y Pablo Trapero. Respaldada por nombres consagrados y una narrativa autoral, Netflix adapta su estrategia al mercado local en crisis, mientras produce contenidos con ambición global. Con proyectos como Nuestro Hogar y alianzas clave, se posiciona como el nuevo centro de producción audiovisual, combinando prestigio creativo con lógica empresarial y alcance internacional. El boom de El Eternauta.

31_05_2025_darin_camla_mitre_trapero_cedoc_g
Palabras mayores. Darín es ya una referencia inmediata al cine nacional. Camla, Mitre y Trapero son garantía probada de inversión para el jugador de streaming más importante de la industria. El cine argentino sobrevive a la crisis económica. | cedoc

La producción de cine argentino atraviesa una crisis aguda. “Inoportuna” sería otra manera de calificarla, demasiado redundante. Pero, al ser una crisis autoinfligida, estamos ante una crisis que hizo muy mal en generarse este año. Porque el cine argentino se había vuelto una referencia internacional, con presencia activa en todos los festivales del mundo. Cosechando premios de manera fija, su ausencia en Cannes, por ejemplo, fue motivo de mención por el propio presidente de la celebración de La Croisette, Thierry Frémaux.

Ante la falta de financiación propia, es una posibilidad que entren otros actores en juego. Y si bien la modalidad de inversiones que no sean de origen público siempre es una variante y, en muchos casos una realidad, es esperable que ahora todas las producciones locales sean, efectivamente privadas. Netflix consolida su presencia en Argentina mientras se adapta a un mercado en transformación. Netflix encontró aquí una cantera de talento probado para desarrollar contenidos con proyección internacional. Desde la llegada de la plataforma al país, con oficinas propias en 2019, se firmaron acuerdos con productores, directores y actores clave del cine nacional. En el centro de esa estrategia están nombres como Juan José Camla, Ricardo Darín, Santiago Mitre, Daniel Burman y Pablo Trapero. Todos con trayectoria consolidada, premios internacionales y capacidad para atraer audiencias tanto locales como globales.

El caso más reciente y paradigmático es el de Nuestro Hogar, una miniserie basada en un best-seller del espiritismo brasileño que produce Camla, dirige Mitre y protagoniza Darín. El proyecto reúne tres nombres que ya hicieron historia en los Oscar y que ahora apuestan a una ficción con vuelo comercial y resonancia internacional. La adaptación de la novela de Chico Xavier, que ya tuvo una versión cinematográfica en Brasil, representa también una alianza regional con Brasil, otro de los focos estratégicos de Netflix en Latinoamérica.

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

En paralelo, Netflix desarrolla una película con el actor Joaquín Furriel y otra comedia romántica con Delfina Chaves, que apunta a conquistar al público joven. Además, una nueva serie protagonizada por Guillermo lla y una serie documental con la voz de Cecilia Roth. En todos los casos, hay un denominador común: rostros y firmas reconocidas.

Daniel Burman, uno de los pilares del nuevo cine argentino, tiene un rol clave en el desarrollo de contenidos para Netflix. Desde su productora Oficina Burman, asociada a la multinacional Mediapro, lleva adelante proyectos como El reino, la serie que protagonizaron Diego Peretti y Chino Darín, y que tuvo alto impacto en el público argentino. Su experiencia como productor y su capacidad de leer el clima social hacen de Burman una pieza clave en la estrategia local.

Pablo Trapero, premiado en Venecia y San Sebastián, también participa en mesas de desarrollo de proyectos y su nombre aparece asociado a futuras ficciones que Netflix evalúa para 2025. Lo mismo ocurre con Lucía Puenzo, Ana Katz, Bruno Stagnaro y Mariano Llinás. En conjunto, conforman una especie de “dream team” del audiovisual argentino que ahora trabaja bajo lógicas industriales, pero sin renunciar del todo a la identidad autoral.

Netflix tiene un motivo concreto para esta apuesta. En un mercado fragmentado y en retroceso como el argentino, con una fuerte caída en la asistencia al cine y una industria que depende del Incaa, la plataforma encuentra una oportunidad para posicionarse como el nuevo centro de producción. Ese fue el caso de El Eternauta, que superó todas las expectativas de la plataforma de la N colorada. La regulación local aún no exige cuotas de contenido nacional, pero la presión del sector y el ejemplo europeo anticipan posibles cambios.

Adelantarse a esa demanda también es parte de la estrategia.

Desde 2021, el crecimiento de producciones originales argentinas en Netflix es sostenido. Títulos como Casi feliz, El éxtasis del oro, División Palermo o El amor después del amor muestran un mix de géneros y estilos, con fuerte anclaje local, pero pensados para el algoritmo global. Netflix busca que los contenidos funcionen tanto en Argentina como en México, España o Estados Unidos. Y para eso, los nombres conocidos ayudan. El acuerdo con Camla para Nuestro Hogar representa un salto cualitativo. La novela original es un éxito de ventas en Brasil, con millones de ejemplares vendidos.

La adaptación que Netflix planea producir en Argentina será rodada en inglés y portugués, pensada para un público amplio. La presencia de Darín garantiza interés mediático, mientras que Mitre aporta su mirada narrativa refinada. El proyecto está actualmente en etapa de desarrollo y se espera que inicie rodaje en 2025.

Esta modalidad de producción mixta, con cabeza autoral, pero control corporativo, es parte de un nuevo paradigma para el audiovisual argentino. Los directores, acostumbrados a trabajar con independencia, ahora deben adaptarse a modelos más similares a la televisión: tiempos cortos, estructuras de guión estándar, seguimiento de datos de audiencia.

Sin embargo, muchos encuentran en las plataformas la posibilidad de sostener su actividad frente a la crisis del cine tradicional.