En la edición 2025 del Festival de Cannes, Jennifer Lawrence fue mucho más que una figura glamorosa: fue una presencia poderosa dentro y fuera de la pantalla.
Luciendo un vestido blanco sin tirantes de Dior Haute Couture, inspirado en un modelo de 1949, la actriz desfiló por la alfombra roja con la elegancia que la caracteriza.
Pero fue en la sala de proyección donde logró lo más importante: emocionar al público con su interpretación en Die, My Love, una cinta intensa, incómoda y profundamente humana que recibió una ovación de pie de seis minutos.
La película está dirigida por Lynne Ramsay, reconocida por su estilo oscuro y psicológico en obras como We Need to Talk About Kevin.
La historia está basada en la novela homónima de Ariana Harwicz, una escritora argentina conocida por su narrativa visceral, poética y brutal. Publicada originalmente en 2012, Die, My Love retrata el deterioro mental de una mujer atrapada en una vida doméstica opresiva en la campiña sa, donde la maternidad y el deseo conviven con la psicosis y la violencia interna.
La novela fue finalista del Premio Booker Internacional y traducida a más de 15 idiomas, convirtiéndose en una referencia del nuevo realismo feroz latinoamericano.
Jennifer Lawrence no solo protagoniza la cinta, sino que también la produjo a través de su compañía Excellent Cadaver, reafirmando su búsqueda por historias complejas que desafían las narrativas convencionales de la mujer en el cine. Su personaje, marcado por un torbellino emocional, encuentra en ella una interpretación intensa, física y completamente entregada.
Con apenas 34 años, Lawrence ya ha transitado una carrera irable. Nacida el 15 de agosto de 1990 en Louisville, Kentucky, fue descubierta a los 14 años por un cazatalentos durante unas vacaciones familiares.
A los 20 fue nominada al Oscar por su papel en Winter’s Bone (2010) y, desde entonces, no ha dejado de trabajar con los grandes nombres de la industria. Fue Katniss Everdeen en Los juegos del hambre, Mystique en X-Men, y musa recurrente de David O. Russell en Silver Linings Playbook, American Hustle y Joy.
Ganó el Oscar a la Mejor Actriz en 2013 por Silver Linings Playbook, y suma otras tres nominaciones por Winter’s Bone, American Hustle y Joy. A eso se agregan tres Globos de Oro, un Bafta, un SAG Award y el reconocimiento de crítica y público como una de las intérpretes más versátiles de su generación.
En años recientes, Lawrence tomó distancia del cine comercial. En entrevistas ha dicho que sintió que estaba perdiendo el control de su carrera, aceptando papeles por inercia. Esa introspección derivó en una etapa de mayor libertad creativa, que comenzó con Causeway (2022), donde interpretó a una veterana de guerra con traumas físicos y emocionales. Die, My Love representa un paso más profundo en ese camino, explorando la oscuridad femenina desde una perspectiva sin concesiones, un camino de exploración lleno de riesgos, vale aclarar.
“Me atraen los personajes que enfrentan su oscuridad sin filtros”, declaró en Cannes. “Esta película habla del dolor con brutalidad. No busca consuelo, y por eso es tan verdadera”. La prensa especializada ya menciona su nombre entre las posibles nominaciones al Oscar, mientras que el film ha generado entusiasmo tanto en la crítica como en el público del festival.
Durante la conferencia de prensa en Cannes, Lawrence se mostró visiblemente emocionada. “Trabajar con Lynne fue una experiencia transformadora. Ella no teme ir al fondo, al hueso de las emociones. Desde que leí la novela de Ariana Harwicz supe que quería hacer esta historia. Me identifiqué con la rabia, con el deseo, con el sentimiento de encierro que atraviesa la protagonista”, confesó.
Sobre su rol como productora, agregó: “Quiero contar historias que me asusten, que me incomoden. Hablo de esas historias que normalmente la industria de Hollywood prefiere evitar”.
Lawrence también habló de la maternidad, un tema central en la película y en el libro. “La maternidad no es solo dulzura y sacrificio. También puede ser ambivalente, desesperada, violenta. Mostrar eso en pantalla es necesario. Nos libera de ideales imposibles”, dijo, generando aplausos entre los periodistas presentes.
A más de una década de su consagración en Hollywood, Jennifer Lawrence demuestra que el estrellato no está reñido con la ambición artística que ha demostrado tener desde el comienzo mismo de su carrera. En Die, My Love se confirma como una actriz que no teme adentrarse en zonas difíciles, ni como mujer ni como artista.
Y ese coraje, en un mundo muchas veces dominado por lo seguro y lo predecible, es lo que la convierte en una figura imprescindible del cine contemporáneo.