La actualidad internacional genera tanta información que nos suele privar del ejercicio necesario de relacionar elementos que parecen dispersos pero son determinantes, en especial para países periféricos como el nuestro.
Podemos comenzar con el vínculo Estados Unidos-China, el más importante de nuestro tiempo. Es una disputa global, como otras en la historia, pero a su vez para poder entenderla hay que saber cuál es el último avance de la inteligencia artificial. Y es un choque de sistemas capitalistas, pero resulta que sus Estados son un actor relevante.
En la Guerra Fría, EEUU y la URSS podían funcionar sin tocarse. En cambio, en las últimas décadas, EEUU y China se acoplaron. Ahora, el presidente Donald J. Trump busca un desacople total y traumático para el resto. Por eso el orden internacional que conocimos está cambiando, como explica Andrés Malamud en Efecto Mariposa.
¿Qué hacer desde Argentina ante ese panorama? ¿Hay que alinearse con China, con EEUU, o con ninguno? En este caso, como dice Matías Kulfas, es decisivo el rol del Estado en el trazado de una estrategia y que se guíe por intereses nacionales, y no por caprichos ideológicos.
Una vez resuelto eso, así como en los 70 importaban los “petrodólares”, hoy definen los gigantes tecnológicos y sus “chips”, con una velocidad de innovación difícil de seguir por los Estados. Pero, por eso mismo, la investigación pública en un sistema científico nacional es clave.
Los 7 gigantes tecnológicos que estarán bajo la lupa de las normas antimonopolio
India es un ejemplo del rol del Estado en ese desarrollo tecnológico coordinado con la inversión privada, como nos explica el embajador Dinesh Bathia desde una potencia emergente que invierte en sus recursos humanos para atender las necesidades del país.
Argentina tuvo un desarrollo industrial que fue ejemplo en la región, con ese papel activo del Estado. Luego se quedó sin modelo y se convirtió en el país con más recesiones en el mundo. Hoy, en esta globalización regionalizada, las respuestas hay que buscarlas cerca nuestro.
Llegamos entonces al sueño de la integración latinoamericana. Juan Gabriel Tokatlian nos invita a considerar, primero, las razones por las cuales sigue tan lejos, antes de insistir en él de cualquier manera.
El MERCOSUR, por ejemplo, lleva décadas postergando un acuerdo con la Unión Europea. Pero, ¿vale la pena ese compromiso ante la rivalidad EEUU-China? ¿Qué tienen para decir el Estado y los privados en esos acuerdos para sumarle desarrollo a nuestras materias primas?
Relacionar asuntos globales, en apariencia dispersos, y pensarlos a partir de nuestros intereses. Como se ve, un ejercicio necesario.