OPINIóN
Motosierra Cruel

De la destrucción del Estado de Derecho a la destrucción de la Patria

Las políticas de crueldad del gobierno de Javier Milei no son "locas", tienen un fin racional: anular cualquier tipo de resistencia para favorecer "el beneficio económico exponencial de unos pocos", expresa el autor.

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Trance. El presidente Javier Milei, anoche, en el Hotel Libertador. Se dio el gusto: su candidato Manuel Adorni derrotó al macrismo y además llegó primero en la Ciudad. | Sergio Piemonte

Desde hace más de un año los argentinos como comunidad atravesamos momentos altamente lesivos de nuestra dignidad y de nuestro porvenir.

Bajo excusas que podrían tener racionalidad si no fuera porque se expresan a los gritos, con mentiras empíricas sin ningún control y encriptadas en frases inentendibles pseudo-científicas, se desarrolla de modo muy visible todo un plan de maltrato comunitario, de máxima crueldad, destinado a anular cualquier posibilidad de resabio de autoestima individual o grupal.

No se trata de una crueldad absoluta y egocéntrica, sino que, por el contrario, vemos una crueldad instrumental, que no piensa en sí misma, sino en un objetivo racionalmente explicable: el beneficio económico exponencial de unos pocos, de una minoría privilegiada en alguna medida nacional y en un gran porcentual internacional, para decirlo con una expresión conocida, globalizada.

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Incidentes durante una nueva marcha de jubilados en Congreso: aplicaron el protocolo antipiquetes y hubo choques con los manifestantes

La maldad pura (aunque parezca mentira) no explica el castigo a los jubilados, sino que se trata de anular el riesgo del mínimo desvío del plan destinado a favorecer a pocos en perjuicio de muchos.

El insulto a los artistas no es expresión de mero autoritarismo ideológico, sino que se trata de un capítulo más de un plan de anulación del rol social de sectores que puedan con una mirada sensible erosionar la vigencia del plan de “mucho para pocos y nada para el resto”.

La destrucción pública de casi todo el periodismo (digno) no es manifestación de una convicción fundamentalista acerca del riesgo social de la libertad de prensa, sino que se trata de disciplinar a quienes ejerciendo el control republicano propio del mejor entendimiento de esa profesión ponen en entredicho el fabuloso negocio concentrado que se está desarrollando en estos años.

Desde que asumió Milei, el salario puede comprar 12 tanques menos de nafta

Los protocolos de represión en marchas o manifestaciones no se derivan de alguna formación militar de quien hoy ejerce como ministra de seguridad de la nación, y mucho menos se relaciona con garantizar el tránsito y la circulación pacífica de la “gente de bien”, sino que se pretende generar el temor comunitario que debería desembocar en una total desactivación de cualquier intento de resistir activamente el modelo de “alta felicidad para pocos”.

El ataque (mediante seducción engañosa) al ahorro (formal o informal) de los ciudadanos no se relaciona de ningún modo con alguna protección frente al asfixiante control estatal, sino que se pretende debilitar cualquier posibilidad de auto-dignificación de cada persona para aumentar los niveles de dominabilidad. Es claro que un ciudadano sin ningún ahorro y endeudado es más manipulable que aquel que, aun en la austeridad, ha logrado cierto orden en su economía familiar.

El odio a la universidad pública no se explica por el gasto público, sino que se busca anular a una de las dos principales razones de la movilidad social.

Multitudinaria marcha de “Eternautas” en defensa de la investigación y la ciencia

El odio a la industria nacional no se vincula con un respeto a la magia de la libertad de mercados en el orden global, sino que se busca, también, destruir a la otra de las dos principales razones de la movilidad social.

La genuflexión internacional en perjuicio de la Argentina, la falta de respeto a nuestros orígenes independentistas, no es consecuencia de una visión supranacional de la economía mundial y o de la crisis del concepto de estado-nación, sino que se trata de levantar cualquier barrera comercial para los negocios que puedan hacer los principales grupos financieros concentrados del planeta.

La represión penal descontrolada y deshumanizada no es, tampoco, reflejo de una fe irracional en el control penal como organización comunitaria, sino que se trata (como ya ha sucedido cuando se instalan estos modelos económicos en la región) de separar a los excluidos del sistema y los más vulnerables (pobres y jóvenes sin futuro).

SIDE: de la cloaca al cielo

Los discursos descalificadores e insultantes no forman parte de una nueva energía política, sino en un intento de instigación a la mirada violenta y deshumanizada sobre el que sufre. De paso se busca un tranquilizador intento de anular cualquier culpa solidaria. El que sufre es el único responsable de su sufrimiento.

El maltrato al poder legislativo no se basa en la baja producción legislativa o la calidad de los instrumentos normativos, sino que es una excusa formidable para que el poder ejecutivo se saque de encima el importante control que constituye la aprobación de la ley de presupuesto sobre el manejo de la istración.

No sólo se ha destruido el estado de derecho, sino que se está aniquilando el sentido de Patria, de lugar común, de lo social, de desarrollo y de vida digna.

Es seguro que son muchos más aquellos que desean otro sendero y otro futuro. Solo falta que se encuentren.

*Doctor en Derecho (UBA). Profesor titular de derecho penal y procesal penal (UBA). Ex Fiscal General de la Nación.