Después de la muerte del papa Francisco, el mundo católico se encuentra ante un momento histórico, un nuevo cónclave, el evento más solemne y reservado de la Iglesia, en el que 133 cardenales se reúnen para elegir al próximo Sumo Pontífice. Este número convierte al actual cónclave en uno de los más numerosos de la historia reciente del Vaticano.
El cónclave se lleva a cabo en la Capilla Sixtina, completamente cerrada al mundo exterior y bajo estrictas normas de confidencialidad. Solo pueden participar cardenales menores de 80 años, según lo establece el derecho canónico. Y, aunque todo el foco mediático suele centrarse en quién será el nuevo Papa, hay un detalle fascinante que no pasa desapercibido para los conocedores del protocolo eclesiástico y es la vestimenta de los cardenales.
La indumentaria utilizada por los cardenales durante el cónclave no es una simple formalidad. Cada prenda, color y botón tiene un simbolismo profundamente arraigado en la tradición católica. Los cardenales ingresan a la Capilla Sixtina vistiendo la tradicional sotana roja, un roquete blanco con bordes de encaje, la muceta (una capa corta), el zucchetto (el pequeño gorro rojo) y la biretta (el sombrero cuadrado característico). También portan una cruz pectoral, un anillo de cardenal y una fascia que es una faja de tela que se ajusta a la cintura.
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Según explicó Raniero Mancinelli, sastre especializado en indumentaria eclesiástica, “la sotana lleva 33 botones, uno por cada año de vida de Jesucristo, y está hecha de lana fina, cortada y confeccionada a medida para cada cardenal”. Este trabajo artesanal puede tardar semanas y cada detalle cuenta desde el tipo de encaje hasta los cordones dorados que sostienen la cruz.
Los cardenales, que deben reunir ciertos requisitos para participar en la votación, llevan además una cruz pectoral, el anillo propio de su rango y una biretta el tradicional sombrero cuadrado que se coloca sobre el zucchetto.
El color rojo de la prenda representa la disposición del cardenal a derramar su propia sangre por la Iglesia si fuera necesario, un símbolo de sacrificio y entrega absoluta. Aunque algunos cardenales optan por "heredar" prendas de sus predecesores para ahorrar costes, la mayoría sigue apostando por atuendos nuevos hechos a medida.
¿Cuánto cuesta vestir a un cardenal?
Según la revista TIME, el conjunto ceremonial básico de un cardenal que incluye una capa con detalles de armiño y túnicas de seda en tonos púrpura y escarlata— puede llegar a valer como mínimo 3.000 dólares.
En algunos casos, los cardenales optan por reutilizar prendas de quienes los precedieron, una práctica que ayuda a reducir gastos. Además, durante su pontificado, el Papa Francisco impulsó una reforma que permitió bajar el precio de los atuendos en aproximadamente 1.000 dólares, según detalla el mismo medio.
Por su parte, UCA News ofrece una estimación detallada de los costos individuales de cada pieza. La muceta roja, por ejemplo, tiene un valor cercano a los 200 euros, aunque el precio puede aumentar si se eligen botones de cordón hechos a mano, que pueden costar hasta 20 euros cada uno. La sotana roja alcanza los 800 euros, mientras que el tradicional sombrero de tres picos sin lazo se encuentra entre 80 y 120 euros.
El cordón rojo y dorado para la cruz pectoral ronda los 80 euros, dependiendo de su diseño y terminación. La fascia roja, usada con la sotana roja o la negra con ribetes, cuesta unos 200 euros, mientras que esta última tiene un valor estimado de 600 euros. El clásico zucchetto rojo cuesta alrededor de 40 euros, y hasta los calcetines rojos, símbolo de esta investidura, tienen su precio: 15 euros el par.
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