Casi nueve años después del violento asalto que sufrió la modelo estadounidense Kim Kardashian en París, durante la Semana de la Moda, inició el juicio que investiga a un grupo de los llamados "abuelos ladrones" que le habrían robado más de 10 millones de dólares en joyas en su habitación de hotel en 2016. Rodeado de una enorme expectación mediática, se espera que el proceso se extienda hasta el próximo 23 de mayo y que la también empresaria declare ante el tribunal.
La audiencia judicial, que comenzó este lunes, es presidida por el Juez David De Pas y juzga a 10 acusados de "robo, secuestro y amenazas con armas de fuego" contra la megaestrella de 44 años y el conserje del edificio donde se alojaba en la noche del 2 de octubre de ese año. Entre los imputados se encuentran nueve hombres y una mujer cuya edad rondaba los 60 años en el momento del hecho, y que actualmente tienen más de 70.
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En entrevistas, Kardashian manifestó que se sintió aterrorizada por el episodio, pensando que iba a ser violada y asesinada cuando los criminales irrumpieron en su dormitorio de un exclusivo hotel del Distrito 8 de la capital sa y le apuntaron con un arma. Además, su abogado declaró a la prensa recientamente que la modelo podría declarar en una audiencia el próximo 13 de mayo.
Entre las joyas que se llevaron, se hallaba el anillo de compromiso que le había regalado su marido de entonces, el rapero Kanye West, valuada en cuatro millones de dólares, y que Kardashian, que en ese momento tenía 35 años, exhibía en las redes sociales al igual que muchos detalles del resto de su vida íntima. "No fue un gran robo a mano armada, sino un trabajo fácil", declaró el principal acusado, Aomar Ait Khedache, identificado por su ADN. El ladrón reconoció que ató a Kardashian, pero niega ser el líder del grupo criminal, como afirman los investigadores.
Medios ses han hecho foco en la edad de los acusados, indicando que muchos de ellos "tienen el pelo blanco y algunos hasta llevan bastón o audífonos". Kedache, de 69 años, es apodado "Omar el Viejo", ha perdido la audición y el habla, y responde escribiendo con la mano en un retroproyector que reproduce sus palabras. A veces solo levanta el pulgar para decir que sí.
Por su parte, el ex boxeador Didier Dubreucq, apodado "Ojos azules", recibió las autorizaciones del tribunal para ausentarse debido a que se está atravesando un tratamiento de quimiterapia. En el banquillos de los acusados también está Christiane Glotin (de 78 años) y Yunice Abbas (de 71), que según aseguró su abogado defensor, tiene la intención de pedirle disculpas a la celebridad norteamericana por lo sucedido.
El robo de las joyas de Kim Kardashian
La prensa sa los ha apodado "Los Abuelos Ladrones" porque los principales acusados son mayores y tienen un extenso prontuario de robo de bancos y otros crímenes. El 3 de octubre de 2016 por la madrugada, dos hombres encapuchados irrumpieron a punta de pistola en la habitación en la que se alojaba la famosa estadounidense, que se encontraba unos días en París para asistir a la Semana de la Moda.
Los asaltantes la encañonaron y uno de ellos, según relató Kim a la policía, se dirigió a ella en inglés con "un fuerte acento francés" y le pidió que le diera su anillo, que había mostrado públicamente en repetidas publicaciones en redes sociales. Después, la ataron y amordazaron y la encerraron en el cuarto de baño.
En total, los ladrones se llevaron 10 millones de dólares en joyas, motivo por el cual este caso es considerado el mayor robo a una persona en los últimos 20 años en Francia. De todo el botín, solo se halló un collar en la calle que se le cayó a los asaltantes durante su huida. Se cree que el oro fue fundido y los investigadores, que incautaron cientos de miles de euros en casa de los ladrones, piensan que una gran parte de las joyas fue vendida en Bélgica.
Los delincuentes se escaparon después de ver una llamada entrante en el celular de Kardashian de parte de su guardaespaldas, que fue alertado por la estilista de la estrella, que dormía en la planta baja y escuchó ruidos. La mujer logró desatarse y el custodio, que llegó raudamente, llamó a la policía unos diez minutos después de que los sospechosos ingresaran al cuarto.
"Pensé que iba a morir, me estaba preparando para cuando fuesen a dispararme y matarme. Estos diez minutos cambiaron realmente toda mi vida", contó la modelo una vez en televisión. Finalmente, los ladrones fueron detenidos tres meses después, identificados con muestras de ADN que se tomaron de la escena del hecho.
FP/EM
