Más allá de Francisco a6928
Francisco, al igual que Juan XXIII, abrió las ventanas para permitir la entrada del Espíritu Santo, recordándonos que la Iglesia está en constante reforma, renovación y esperanza, enfocándose especialmente en los que más sufren y anhelan la presencia de Dios. 6c86n
El Papa que nos recordó que la Iglesia debe ir hacia “todos, todos, todos”. Ayer a la mañana nos hemos despertado con la noticia de que el Papa Francisco ha dejado este mundo tras 12 años de un pontificado que, lejos de parecer una mera estadística, se erige como un tiempo de profunda transformación y significado.
En la tradición bíblica, el número 12 simboliza la plenitud del Pueblo de Israel, reflejado en las 12 tribus y los 12 apóstoles. En su legado hoy se manifiesta la totalidad de la Iglesia que él supo pastorear con amor y dedicación.
Para aquellos que hemos estado inmersos en la Iglesia, para quienes la fe constituye un espacio vital y para los que luchamos diariamente por hacer crecer el Reino, es evidente la importancia de su figura.
Francisco, el Papa del "Fin del mundo" que fue llamado a "reparar" a la Iglesia católica
Francisco, al igual que Juan XXIII, abrió las ventanas para permitir la entrada del Espíritu Santo, recordándonos que la Iglesia está en constante reforma, renovación y esperanza, enfocándose especialmente en los que más sufren y anhelan la presencia de Dios.
Nos enseñó que Dios es misericordia incondicional y destacó la relevancia de la Doctrina Social de la Iglesia, llevándola a su contexto contemporáneo, donde la ecología integral y la fraternidad humana se convierten en pilares indispensables. Abogó por una Iglesia en continua transformación, alineada con su misión en todo el mundo.
Como un sabio verdadero, Francisco generó tanto iración como crítica. Si Jesús enfrentó oposición, ¿por qué no habría de suceder lo mismo con aquel que se esfuerza por lograr una Iglesia cercana, al estilo del Maestro? Tal como él mismo nos instó, recemos por ellos.
Francisco despertó a los católicos, unió a distintas religiones y buscó el diálogo con los no creyentes. Su mensaje resonó en la arena mundial, lo aplaudieron potenciales mundiales, fue interlocutor para ateos, fue un faro de luz en los momentos más oscuros de la humanidad.
Hoy, mientras le decimos adiós de este plano terrenal, extendemos un saludo hacia lo eterno. Tanto nos pidió que rezáramos por él, ahora le suplicamos que interceda él por nosotros. Como un santo de Dios, le pedimos que guíe a la Iglesia de la que fue uno de los Papas más significativos en su historia.
Invocamos al Espíritu para que nunca nos abandone, que su gracia nos ilumine en este camino. Y prometemos mantener vivo su legado, asegurando que su Magisterio perdure. Nos comprometemos a seguir trabajando, hoy y siempre, para que la Iglesia continúe su misión de alcanzar a “todos, todos, todos”.
*Mg. en Teología. Docente e investigador en el Vicerrectorado de Formación de la Universidad del Salvador.
También te puede interesar 6h5z52
-
Coyuntura laboral: movilidad y rotación estables 2yay
-
Los populismos de derecha pegan para abajo 4c5b13
-
Día Mundial del Cáncer de Piel 495t
-
Los presidentes del odio 5v2z3y
-
Jugar es un derecho de la infancia y las familias 4s4a41
-
Con clima frío y corazones ardientes, Rusia cumple 1163 años z96p
-
Cristina Fernández, de la asociación ilícita al “no podía desconocer” 6q5t4s
-
Paradoja política: a Cristina Kirchner le conviene el fallo en contra de la Corte Suprema 4k4y9
-
No hay narrativa épica: Cristina Kirchner era la Jefa 4c6h6c
-
Cristina, la primera proscripta de la democracia 2h5bz