Ya sin Hitler, se rendían los nazis y la Segunda Guerra Mundial empezaba a terminar 3h1w25

Así como Benito Mussolini había imaginado reorganizar al fascismo en el norte de Italia y negociar con los Aliados para que lo dejaran seguir combatiendo contra el frente comunista, Adolf Hitler pensó en una estrategia similar para convencer al bloque que estaba a punto de ganar la gran guerra del siglo XX.

De Mussolini se sabe cómo terminó: colgado de los pies del techo de un estación de servicio en Milán. De Hitler también, suicidado en su propio escondite en Berlín. Aún así, el líder nazi le dejó encargada su amiciosas idea a la sucesión que nombró en caso de su muerte. Obviamente, no prosperó.

Entre el 7 y el 8 de mayo de 1945, hace exactamente 80 años, se terminó el nazismo en la Segunda Guerra Mundial. El 7, el general alemán Alfred Jodl firmó el acta de rendición incondicional ante los jerarcas norteamericanos y británicos. Josep Stalin no se quedó conforme y el 8 hubo una segunda capitulación, en un cuartel soviético en Berlín  Ese día, el general nazi, Wilhelm Keitel puso su nombre para rendirse ante el general soviético Gueorgui Zhúkov.

El acuerdo fijaba que todas las fuerzas armadas alemanas debían dejar de combatir el 8 de mayo de 1945 a las 23.01 horas. La guerra en Europa estaba terminada.

Walter Kutschmann, el comisario de la Gestapo que se ocultó en la Argentina hasta su fallecimiento en 1986

La rendición alemana empezó a definirse el 25 de abril, cuando las tropas soviéticas y estadounidenses se encontraron el río Elba, en territorio alemán. La prensa nazi había difundido entre la población que esos ejércitos iban a enfrentarse entre ellos apenas se cruzaran. Pero la historia era otra: los dos tenían claro cuál era, en ese momento, el enemigo en común.

Cinco días después, el 30, Adolf Hitler se suicidó en su búnker de Berlín y el 2 de mayo los soviéticos enarbolaron la bandera roja en la capital alemana.

Hacía tiempo que Adolf Hitler se sabía en peligro y había nombrado a Karl Dönitz, un almirante naval, como sucesor. Dönitz tenía claro que la única opción era "ejecutar" el régimen y delegó en Alfred Jodl, jefe del mando de operaciones de las fuerzas armadas unificadas, la tarea de negociar la rendición con el general Dwight D. Eisenhower.

El búnker de Hitler en Berlín: qué pasó y cómo está el lugar 80 años después

Dönitz tenía la intención de ganar tiempo para resguardar todo lo posible a sus soldados, corriéndolos del frente del avance soviético. Además, y como legado del líder muerto, tenía la esperanza de convencer a  EE.UU, el Reino Unido y Francia para seguir combatiendo con sus tropas contra el frente comunista. Pero no hubo caso y los Aliados le exigieron la rendición sin condiciones.

El 7 de mayo se firmó el “acta de capitulación militar” en la ciudad sa de Reims. Si bien en lugar estuvo presente un oficial soviético, Stalin consideró que debía haber una segunda rendición ante un alto mando. Así, El 8 de mayo, el alemán Keitel acudió a Karlshorst, un suburbio de Berlín, para firmar el documento frente al mariscal soviético Georgy Zhukov y una pequeña delegación aliada. Stalin hizo pesar lo simbólico: Berlín había sido la capital del Tercer Reich, y allí debía terminar todo.

La rendición nazi: cómo está el lugar de la firma 4m261c

¿Una bandera con la hoz y el martillo flameando en la actualidad Reims? Sí, junto con la británica, la estadounidense y la sa, en la puerta del lugar donde se firmó la rendición nazi, que está intacto y puede visitarse.

Originalmente fue la sede del Colegio Moderno y Técnico de la ciudad sa, y durante la guerra alojó al cuartel general de las Fuerzas Expedicionarias Aliadas (SHAEF). En el lugar estaba instalado el comando de operaciones del general Eisenhower.

La escuela ahora es el Lycée Roosevelt pero en una parte del edificio está reservada al Museo de la Rendición, que alberga la sala de la firma, con la mesa larga, las sillas, y las paredes tapizadas de mapas de guerra. Una habitación pequeña donde cambió la historia.

LT/ff