El 11 de julio de 1982 fue un día de fiesta en Italia. En Madrid, la Selección de fútbol había ganado la Copa del Mundo y las cámaras enfocaban al palco para mostrar a un viejito exultante que festejaba con los brazos abiertos. Era Sandro Pertini, presidente del república, el mismo hombre que 37 años antes había pronunciado una frase que se mantiene como un eco en la historia: Benito Mussolini debía ser fusilado "como un perro rabioso".
Pertini era entonces un miembro destacado del Comité de Liberación Nacional y no disimulaba el deseo que primaba en las filas antisfacistas. Se terminaba abril de 1945 y la suerte de Mussolini estaba echada. El avance de los Aliados era inexorable y el último recurso del Duce fue huir hacia el norte para organizar un reducto fascista en en Valtellina, un valle en la frontera con Suiza. Desde allí pretendía convencer a los países occidentales y capitalistas del bloque triunfante que él podía ser últil para combatir, en el futuro, a la amenaza soviética.
Concretamente, el 25 de abril partió por ruta con su amante Clara Petacci y un grupo de jerarcas, escoltado por los alemanes. En la madrugada del 27 de abril un comando partisano les cortaron el camino, identificaron al Duce, que tenía puesto un casco alemán, y se lo llevaron detenido.
Podcast de Radio Perfil: el 28 de abril de 1945 la resistencia italiana ejecutó a Benito Mussolini
Al día siguiente, el 28 de abril de 1945, los captores condujeron a Mussolini y su pareja en un Fiat 1100 haste el portón de la Villa Belmonte, una residencia en Giulino de Mezzegra, en la región de Como. Los acribillaron a tiros, luego de un juicio sumarísimo.
El 29 de abril llegó el episodio más presente de la secuencia. Después de patearlos y desfigurarlos, de la Resistencia italiana colgaron los cuerpos cabeza abajo del techo de una estación de servicio que funcionaba frente a la plaza Loreto, en el centro de Milan.

Las escenas son un emblema cruento del fin de la tiranía y del ocaso de la Segunda Guerra Mundial. Apenas un día después, el 30 de abril, Adolf Hitler se suicidaba en Berlín.
Como a Mussolini, colgaron un muñeco de Elon Musk
Miles de personas se acercaron a la Esso de la plaza Loreto para ver los cuerpos colgados de Mussolini, su amante Claretta y otros partidarios fascistas.
La elección del lugar no fue casual. En la misma Plaza, el 10 de agosto de 1944, por orden del jerarca nazi Theodor Saevecke, habían sido masacrados 15 antifascistas partisanos. Para ejercer terror, habían dejado durante días los cuerpos pudriéndose al sol.

Mussolini colgado: cómo está el lugar hoy
El lugar en Giulino de Mezzegra donde mataron al Duce y su pareja está identificado con una cruz y un cofre con la foto de los fusilados.
La plaza Loreto es hoy una zona hípercomercial con un ruidoso cruce de avenidas. Quienes van buscar vestigios de la Esso, se encuentran con un edificio donde funciona un Mc Donald’s.
No hay evocaciones de aquel episodio, pero a unos metros existe un monolito de metal en honor de los mártires que "cayeron en nombre de la libertad", con los nombres de los partisanos masacrados en 1944.

Cerca está la Casa de la Memoria, un edificio que reproduce con mosaicos en su fachada los rostros de la Resistencia el fascismo y aglutina organizaciones como la Asociación Nacional de Partisanos (ANPI), que cada 10 de agosto pone flores ante el monumento de sobre el boulevard Andrea Doria, a metros de la plaza.

¿Cuál es el significado de la plaza Loreto 80 años después? Primo MInelli, de la Casa de la Memoria, lo pone en estas palabras: "La plaza tiene un valor simbólico muy alto, pero nosotros no conmemoramos la ejecución de Mussolini sino el final de la guerra y la muerte del fascismo".
LT