El Gobierno nacional anunció este jueves 22 de mayo las medidas destinadas a favorecer el uso de los dólares "colchón", que permitirán utilizar este dinero sin que haya penalidades. El anuncio estuvo a cargo del vocero presidencial, Manuel Adorni, y del ministro de Economía, Luis Caputo.
“La Argentina es uno de los países que más se empobreció en las últimas décadas”, comenzó Adorni, y agregó que “también es uno de los países donde más criminalizado está el ahorro”. Según indicó, esta situación fue “consecuencia de una serie histórica de desmanejos económicos por parte de la dirigencia política que convirtieron a la Argentina en un país en el que ganar plata estaba mal visto e incluso era hasta peligroso”.
Adorni responsabilizó a “la política” por haber “alimentado un Estado gigante que cada vez gastaba más y avanzaba sobre el bolsillo de los argentinos a través del cobro de impuestos”. En ese contexto, señaló que la emisión monetaria para financiar el déficit fiscal derivó en una “inflación cada vez más alta”, mientras el sistema tributario “no actualizaba sus topes fiscales ni sus mínimos no imponibles a igual ritmo”, lo que —según sostuvo— empujó a más personas a pagar impuestos que no les correspondían en un principio.
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“Esto sirvió de caldo de cultivo para un círculo vicioso en el que los argentinos se volcaron cada vez más a la informalidad y el Estado subió cada vez más los impuestos sobre los pocos formales que iban quedando en la economía”, continuó.
Adorni también se refirió al control de cambios vigente hasta diciembre de 2023: “Fue tal la aberración que tuvimos cepo cambiario durante casi diez años, poniendo a las personas que querían comprar más de 200 dólares para ahorrar al mismo nivel que un delincuente como Al Capone”. Recordó “la imagen de calle Florida con los perros y las fuerzas de seguridad persiguiendo a la gente de bien”, mientras —dijo— “los corruptos y amigos de la vieja política tenían garantizada su impunidad”.
Según el vocero, la política fiscal de años anteriores derivó en que “el 50% de la economía terminara siendo informal” y que el Estado actuara “como un Gran Hermano”, controlando las transacciones de los ciudadanos “como si fueran criminales que merecían castigo”.
Críticas a la normativa económica vigente
Además, cuestionó lo que consideró “prácticas ridículas” impuestas por la normativa vigente: “El Estado obliga a los bancos a informar todas las extracciones de efectivo que se hicieran y a los comercios a informar compras de cualquier tipo”. Aseguró que eso llevó a “malgastar recursos en vigilar a una persona por llenar el chango en un supermercado o comprarse una licuadora”.
Adorni mencionó que, en ese contexto, “se registraban tantas operaciones presuntamente sospechosas que la UIF (Unidad de Información Financiera) solo le alcanzaban los recursos para auditar el 0,34% de ellas”.
Además, calificó la situación como un “acto de locura colectiva de la política” y aseguró que se había invertido “el principio de inocencia consagrado en nuestra Constitución”.
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El plan de reparación histórica de los ahorros de los argentinos
El portavoz anunció que el presidente Javier Milei instruyó al equipo económico a implementar el “Plan de reparación histórica de los ahorros de los argentinos”, que constará de dos etapas. La primera, que se aplicará mediante un decreto que el presidente firmará “en las próximas horas”, contempla las medidas que pueden adoptarse de forma inmediata dentro del marco legal vigente. Además, la UIF adecuará su normativa al nuevo esquema.
La segunda etapa implicará la presentación de un proyecto de ley con el objetivo de “blindar a los ahorristas argentinos frente a futuras istraciones”. Según Adorni, el propósito es cambiar la lógica de control actual: “Tenemos que hacer un cambio de chip para que el Estado respete una verdad elemental: tus dólares, tu decisión”, sostuvo. Y destacó: “Lo tuyo es tuyo y podés gastarlo y usarlo como quieras, sin tener que andar demostrando a cada rato de dónde lo sacaste”.
Uno de los momentos más importantes de la conferencia fue cuando Adorni afirmó: “Los argentinos vuelven a ser inocentes hasta que ARCA demuestre lo contrario”, en alusión a la nueva Agencia de Regulación y Control de Actividades Financieras.
A pesar de los cambios anunciados, Adorni aclaró que el gobierno no relajará su lucha contra el delito: “No vamos a retroceder ni un centímetro en nuestra batalla contra el crimen”, dijo, y aseguró que los recursos del Estado serán utilizados “para combatir a quienes sí cometan delitos”.
Finalmente, Adorni insistió en que “la confianza de la gente en el Estado está rota” y que para repararla “el Estado primero tiene que volver a confiar en la gente”. Según explicó, la nueva política busca fomentar la formalidad y la generación de riqueza permitiendo que el dinero circule libremente, sin presunciones de culpabilidad.
Luis Caputo sobre el plan de reparación histórica de los ahorros de los argentinos
El ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, tomó la palabra tras la intervención de Manuel Adorni y apuntó directamente al “exceso de controles e impuestos” como uno de los factores centrales que empujaron a la informalidad económica en Argentina durante los últimos 25 años.
El Ministro explicó que la tarea encomendada por el presidente Javier Milei respondía a un problema de larga data en el país: “Es un tema que viene ya de hace tantos años en Argentina”.
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Caputo trazó una línea crítica sobre el comportamiento del Estado en las últimas décadas: “Argentina es un país que en los últimos 25 años se acostumbró a regular por la excepción. Es decir, asume que el 99,99% de los argentinos son criminales, cuando la realidad es exactamente al revés”.
Para el funcionario, ese enfoque represivo generó un incremento masivo en la informalidad, impulsado tanto por la presión fiscal como por la complejidad burocrática: “El exceso de impuestos es una razón, pero también lo es el exceso de controles y regulaciones”.
Caputo consideró que la medida representa una transformación de fondo. “Es un cambio de régimen, algo muy, muy profundo, que apunta a devolverle la libertad a la gente: la libertad de sus ahorros, la libertad de lo que ha hecho en los últimos veinticinco años”.
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El ministro Luis Caputo explicó que el problema de raíz es "el gasto público"
Luego explicó que la raíz del problema estaba, como siempre, en el desbalance fiscal: “Argentina en los últimos 25 años pasó a duplicar su nivel de gasto público”. Detalló que, mientras en los años noventa el gasto público representaba entre el 23% y 24% del PBI, en 2020 había escalado al 47%.
El titular del Palacio de Hacienda señaló que la reacción del Estado frente al aumento del gasto fue la de perseguir más a los contribuyentes. “Empezaron a poner más controles, más regulaciones, haciéndole el día a día a la gente prácticamente insoportable”.
Caputo compartió un ejemplo personal: “Una persona que conozco mucho, cliente hace treinta años de uno de los bancos más importantes, intentó transferir 750.000 pesos a su esposa y tuvo que justificarlo. Es una persona con muchos recursos y uno de los principales clientes del banco. Así de absurdo es el nivel de control al que llegamos”.
También mencionó situaciones cotidianas que se volvieron absurdas: “Desde ir al supermercado y que les dividan los tickets en tres, hasta tener que mostrar el DNI porque una compra supera los 90 mil pesos”.
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En su diagnóstico, ese círculo vicioso derivó en una crisis estructural: “Gastamos más, cada vez más gente se va a la informalidad, recaudamos menos. Tenemos mayor déficit”.
Y completó: “No podemos seguir financiando ese déficit con más impuestos. Entonces viene lo que decía muy bien Manuel: el financiamiento con deuda, pero sobre todo con emisión”.
Caputo cerró el tramo de su intervención explicando lo que, según el oficialismo, es el núcleo del problema económico: “Cuando se empieza a emitir dinero en exceso, como explicó muchas veces nuestro presidente, se devalúa la moneda contra el resto de los bienes”.
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El ministro de Economía expuso el cuadro macroeconómico heredado y justificó el plan de ajuste aplicado desde diciembre de 2023. Sostuvo que “se heredó la peor crisis económica de la historia” y afirmó que “por primera vez en 124 años tenemos una economía ordenada”.
Entre los pasajes más destacados de su intervención, Caputo repasó los desequilibrios que, según él, provocaron la necesidad del ajuste. “En el último año se habían emitido trece puntos del PBI”, aseguró, y agregó: “Había cuatro bases monetarias en pasivos remunerados y la gente no quería tener un peso en el bolsillo”.
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Caputo también apuntó contra los controles del gobierno anterior: “Se empieza a generar mayor inflación y mayor devaluación, entonces la reacción del Estado fue poner controles: controlemos precios y pongamos cepo al dólar”. Esa política, dijo, “hizo que la gente que tenía ahorros en blanco también tuviera que irse al canal informal”.
Sobre la herencia recibida, precisó: “Había una inflación que ya corría al 1,5% diario, una inflación mayorista que terminó en 54% en diciembre, 17.000% anualizado” y “una brecha del 200%”.
Respecto a la estrategia del actual gobierno, detalló: “Lo primero fue poner en marcha un plan de estabilización, que consistió en resolver el problema fiscal en la primera etapa, resolver el problema de la emisión monetaria, y después la recapitalización del Banco Central”.
Caputo destacó que “la economía está ordenada por decisión política, por decisión presidencial” y subrayó: “Esto no solo es algo que no hemos visto en términos económicos en 124 años, sino que mucho menos lo hemos visto en términos políticos”.
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En ese sentido, aclaró que no se recurrió a herramientas drásticas: “Lo hicimos respetando la propiedad privada, sin confiscaciones, sin medidas como las que se pensaban antes de que nosotros llegáramos, sin default, respetando los contratos”.
También abordó el nuevo escenario monetario: “Pasamos de un esquema donde los pesos sobraban a uno donde los pesos faltan”. Explicó que “la base monetaria amplia son escasamente seis puntos del producto, cuando normalmente es más del doble”.
Esto, según Caputo, responde a un cambio de expectativas: “Cuando vos tenés una economía sana, esa economía empieza a demandar más dinero. La gente empieza a demandar más dinero”.
Además, afirmó que ese contexto genera una recuperación del crédito: “De la misma manera que nadie quería tomar un crédito hace un año y medio, ahora, habiendo bajado la inflación, empieza a haber un proceso de normalización del crédito”.
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Luis Caputo volvió sobre una idea central del oficialismo: la estabilidad monetaria lograda sin recurrir a la emisión. “Ahora, habiendo bajado la inflación a estos niveles y no teniendo ni el Banco Central ni el Tesoro que tomar plata del mercado, los bancos están volviendo a comportarse como bancos”, afirmó. Según el ministro, esa reconfiguración del sistema financiero ya comienza a tener efectos concretos: “Hoy tienen mayor demanda de crédito. El crédito ha crecido al 50% en términos reales”, subrayó.
Para Caputo, el síntoma más visible de este cambio es la reaparición del crédito al consumo. “Hay más gente que le gustaría tomar crédito hipotecario para comprarse su casa, un auto o una moto”, sostuvo, aunque reconoció que hay una barrera estructural: “Algunos bancos ya no tienen pesos”, explicó.
El funcionario explicó que el gobierno adoptó un esquema “monetario muy rígido” y que “no emitimos pesos desde hace un año”. En ese contexto, itió que para mantener el crecimiento “en torno al 6%” es necesario que la economía se “remonetice”.
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Pero la remonetización, advirtió Caputo, no necesariamente será en moneda local. “¿Y por qué digo dinero y no necesariamente pesos?”, se preguntó. “Porque estamos en competencia de monedas y a nosotros nos da lo mismo que la remonetización se produzca en pesos o en dólares”.
Caputo consideró que incluso sería más natural que ese proceso ocurra en dólares. “Pesos hay solamente el equivalente a más o menos 37 mil millones de dólares. En cambio, dólares... depende de las estimaciones, pero hay entre cinco y diez veces esa cantidad de pesos”, explicó. Por eso, “lo normal es que este proceso de remonetización también se produzca en dólares”.
El titular de Hacienda aprovechó para justificar la legalización de operaciones en moneda extranjera como parte de un nuevo “cambio de régimen”. Aseguró que el objetivo es “devolverle la libertad a la gente” y cuestionó la visión tradicional sobre la informalidad: “Tenemos que dejar de pensar que la gente que se tuvo que refugiar en el mercado informal son delincuentes. Es simplemente la gran mayoría de los argentinos que fue abusada por exceso de impuestos y regulaciones”.
Menos impuestos si la economía crece
Caputo prometió que si la economía logra sostener un crecimiento entre el 6 y el 8% anual, el Estado podrá devolverle al sector privado “entre 420 mil y 550 mil millones de dólares” en reducción de impuestos. “¿Cuánto es eso? Un montón. Es una barbaridad”, exclamó. “Eso le va a permitir al sector privado ser más competitivo y por las buenas razones”, explicó.
Según el funcionario, el país debe dejar atrás el viejo paradigma donde “para ser competitivos hay que devaluar”. “Eso es a costa de salarios bajos, de los laburantes”, denunció. En cambio, el camino del gobierno es otro: “Hay que ganar competitividad bajando impuestos, bajando regulaciones, abriéndose al mundo a competir y las empresas invirtiendo”.
Caputo subrayó que el nuevo régimen está pensado para todos los sectores, no sólo para los que operan en la informalidad. “Esto es muy importante también para los que pagamos impuestos, porque queremos pagar cada vez menos”, dijo. El ministro sostuvo que este cambio va a fomentar mayor formalidad “pero por la positiva”, y que el gobierno busca “recuperar la confianza en la gente”.
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Si la formalidad aumenta y el crecimiento se mantiene, “vamos a poder recaudar más por las dos vías”, anticipó. Y con más recaudación, sin aumentar el gasto público, “vamos a tener mayor superávit, mayor ahorro”, lo cual permitirá “devolver mayores montos en impuestos al sector privado”.
“Esto va a permitir que los que pagamos impuestos a nivel personal paguemos cada vez menos, y que las empresas también paguen cada vez menos. Lo que, de vuelta, las va a hacer más eficientes”, detalló.
El cierre fue una síntesis optimista de su visión: “Esto va a derivar en algo extremadamente positivo para todos los argentinos. Vamos a tener mayor formalidad, vamos a tener menores impuestos, va a haber finalmente creación de empleo, mejora en los salarios y a mejores productos a mejores precios”.
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La explicación del titular de ARCA sobre el nuevo régimen
Juan Pazos, titular de ARCA, fue el encargado de desmenuzar la batería de medidas y lo hizo marcando un objetivo central: desmantelar buena parte de los regímenes informativos que venían operando en la Argentina y que, según su visión, entorpecían la actividad económica y violaban la privacidad de los ciudadanos.
“Estamos acá para cumplir con un mandato del presidente de la Nación, Javier Milei”, arrancó. “Venimos a dar un paso más en la reducción de la exagerada burocracia que ahogó a la Argentina durante décadas”.
Pazos no dudó en cuestionar el pasado reciente de su organismo: “Estoy a cargo de un organismo que nombró más de seis mil agentes, duplicó las regulaciones y lo único que consiguió fue reducir la formalidad e incrementar la informalidad”.
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En ese marco, anunció tres decisiones “que le simplifican la vida y le dan más libertad a todos los argentinos”. La primera: la derogación de varios regímenes informativos que obligaban a ciudadanos y empresas a reportar operaciones personales o comerciales. “El primero, y quizás el más importante, es el régimen informativo para compras con tarjeta de débito, crédito y billeteras virtuales”, explicó. “Hasta hoy, las as de tarjetas le informaban a ARCA todas las compras de una persona. Eso se termina ahora. Esos datos ya no se informarán más”.
También eliminó el cruce informático de operaciones notariales conocido como “City de los escribanos”, y confirmó que “los escribanos ya no deberán informar ninguna operación a ARCA”. Lo mismo ocurrirá con los reportes de compra-venta de autos usados, pagos de expensas mayores a $32.000, el código de oferta de transferencia de inmuebles, y los consumos relevantes de servicios públicos como electricidad, gas, agua o telefonía.
En una medida adicional, Pazos anunció: “Vamos a prohibir a los bancos solicitar la declaración jurada de impuestos nacionales. Las personas podrán negarse y acudir a Defensa del Consumidor si fuera necesario”.
Cambios en los umbrales y nuevo régimen de Ganancias
La segunda línea de medidas estuvo orientada a subir los umbrales mínimos que obligan a bancos y billeteras virtuales a informar operaciones. “Lo que antes era un millón de pesos ahora pasa a ser de cincuenta millones de pesos para personas físicas y treinta millones para personas jurídicas”, detalló sobre las transferencias bancarias.
Sobre extracciones en efectivo, explicó que “antes se informaban desde cualquier monto. A partir de ahora, será desde los diez millones de pesos”. Y en el caso de saldos bancarios, el mínimo sube a “cincuenta millones de pesos para personas físicas y treinta millones para jurídicas”.
Los cambios también incluyen plazos fijos (de un millón a cien millones), transferencias en billeteras virtuales (de dos millones a cincuenta millones) y tenencias en sociedades de bolsa, donde “antes se informaba cualquier monto, y ahora será desde los cien millones”.
Además, anticipó un cambio en la lógica de fiscalización para el consumidor final. “Antes, cuando una persona realizaba una compra por más de $250.000 en efectivo o $400.000 con otros medios, debía identificarse y presentar su documento. Eso se acabó. Ahora podrá gastar hasta $10 millones sin que le pidan información”.
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El tercer eje de las medidas fue la presentación del nuevo régimen simplificado de Ganancias. “Tiene como foco la facturación y los gastos deducibles, dejando de lado los consumos personales. A partir del primero de junio, quienes quieran podrán adherir”, explicó.
“El sistema de ARCA le va a presentar al ciudadano cuánto debería pagar, y este podrá aceptarlo o rectificarlo. Ya no se va a pedir información sobre patrimonio ni consumos”, agregó. Según Pazos, esto “simplifica el trámite, lo vuelve más rápido y anónimo, y pone el foco donde debe estar: en la informalidad deliberada y sofisticada”.
“Queremos que el cumplimiento tributario deje de ser un calvario. Que el Estado use mejor sus recursos y que el ciudadano tenga incentivos para entrar al sistema formal”, concluyó. Y dejó una metáfora de cierre: “Tenemos que dejar de ser un país donde uno compraba una zapatilla en 24 cuotas y una casa al contado”.
Finalmente, adelantó que el Gobierno enviará un proyecto de ley para “blindar” estos cambios ante posibles modificaciones futuras. “Queremos garantizar que los avances que estamos haciendo hoy no puedan ser revertidos fácilmente”, afirmó.
NG
