Caminar es una medida simple, fácil y saludable para muchos rubros del cuerpo. Y ahora se suma una nueva comprobación: también es muy bueno para la salud mental. En concreto, un grupo de investigadores iberoamericanos comprobó que caminar un mayor número de pasos cada día se asocia en forma proporcional con una reducción de los síntomas depresivos en la población adulta.
Los científicos, profesores de universidades españolas, uruguayas, chilenas y ecuatorianas, sintetizaron los resultados de nada menos que 33 estudios observacionales diferentes, lo que les permitió analizar la salud mental y la actividad física de un total de 96.173 adultos, y sacar conclusiones contundentes: quienes daban más de cinco mil pasos diarios presentaban menos sintomatologías depresivas. Y caminar al menos siete mil pasos por día se asoció con un menor riesgo de depresión. Cuando las personas hacían más de 10 mil pasos diarios, se vio que tenían significativamente menos síntomas depresivos en comparación con los sedentarios.
Al hacer los números finos, vieron que por cada incremento de mil pasos cada 24 horas, aparecía una reducción del 9% en el riesgo de tener depresión. En otras palabras, caminar más se asocia con una mejor salud mental.
Pese a que se sabe que la prevención a través de la actividad física es importante a la hora de alejar o posponer la llegada de enfermedades comunes, como las cardíacas, las metabólicas (diabetes), etc., también es importante considerar que “moverse” en tiempo y forma ayuda a mejorar la salud mental.
Esto es especialmente significativo porque, en países como Argentina, hay una falta significativa de profesionales abocados a trabajar temas de salud mental, sobre todo en el interior y en zonas alejadas de los tres o cuatro grandes conglomerados urbanos.
Por eso cualquier medida de salud pública –por ejemplo, diseñar y proponer programas de actividad física periódica que se hagan en forma grupal– contribuye, y mucho, a prevenir o al menos disminuir problemas de salud mental que van desde la ansiedad hasta la depresión, pasando por diversas fobias y adicciones.
“Este estudio es una confirmación importante de cosas que ya sabíamos respecto de la prevención que ofrece caminar y hacer deporte en general”, le confirmó a PERFIL Francisco Sauri Torres, profesor de educación física y psiquiatra. Y el también titular de la cátedra Salud Mental de la Fundación Barceló en Santo Tomé, sumó: “Ya está estudiado que la actividad física contribuye a liberar en el cerebro distintas sustancias que actúan directamente sobre zonas que se conocen como ‘núcleos’ de placer. Son neurotransmisores (dopamina, endorfinas) que terminan generando “satisfacción”. Eso ayuda a disminuir los factores de riesgo asociados a la aparición de síntomas depresivos”.
Por otra parte, Sauri Torres también destacó: “Este beneficio protector se potencia si la actividad física se hace en grupo. O sea, algo tan simple como salir a caminar en forma regular con otras personas genera actividad social, compartir. Esas conversaciones también contribuyen a disminuir la sintomatología depresiva”.
Y a tal punto contribuye esta actividad que, bien realizada, puede llegar a permitir disminuir la dosis de medicación psiquiátrica indicada a estos pacientes.
Complemento diario
“Hoy la gente sabe que una caminata diaria es un complemento para la salud física, cardiovascular o para el peso. Pero no suelen asociar ejercicio físico con prevención en términos de neurología y salud mental”, le dijo a PERFIL la doctora Josefina Carro Arias, subjefa de Psiquiatría en el Hospital Universitario Austral.
La experta recomienda que “todo tratamiento psicoterapéutico debería estar acompañado por tres puntos importantes: mejorar la cantidad y calidad del sueño, comer en forma saludable y realizar ejercicio físico adecuado”.
Esta tríada, según la experta, no solo ayuda a mejorar la patología en sí, sino que también contribuye a disminuir posibles efectos secundarios que –muchas veces– genera la medicación psiquiátrica.
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Lamentablemente, en la experiencia de Carro Arias, a los adultos les cuesta más adherir a estas prácticas físicas, mientras que los más jóvenes entienden enseguida sus beneficios y logran adoptar hábitos saludables.
La experta detalla: “Caminar en forma regular puede no curar, pero ayuda a estar mejor, y esta investigación viene a corroborar y ponerle números concretos a esta situación”.
Para la psiquiatra de la Austral, “las consultas más comunes suelen ser por depresión y ansiedad. Y en ambas el ejercicio físico regular contribuye a mejorar la situación clínica general del paciente y potencia el efecto de los psicofármacos”.
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Finalmente, destacan los expertos, la indicación de actividad física en la presencia de patologías psiquiátricas es algo práctico porque no suma mayores costos económicos y, con diferentes enfoques profesionales, les sirve a las personas de todas las edades y no genera efectos secundarios negativos como alguna medicación. En resumen: “No hay manera en que la actividad física indicada te haga mal. Hacer ejercicio siempre es positivo y es todo ganancia”.
Argentina: un país con muchos síndromes
Hace pocas semanas, el Observatorio de Psicología Aplicada de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires publicó un nuevo informe que relevó el estado psicológico de la población de Argentina. Para eso realizaron una amplia encuesta que respondieron más de 4.800 participantes adultos, de todo el país. Los expertos que la realizaron buscaban medir la prevalencia de diversas sintomatologías psicológicas inespecíficas, así como la ansiedad y la depresión.
Respecto de este último tema, el informe de la UBA explica que “la sintomatología depresiva se asocia a tristeza, disminución de la capacidad para experimentar placer, pensamientos de contenido negativo (ruina, muerte, fracaso, autocrítica), disminución de la energía, retraimiento social, alteraciones en la atención, la memoria, el apetito (típicamente disminuido, pero también podría estar incrementado), el sueño (usualmente asociado al insomnio, aunque puede existir hipersomnia), disminución de la libido. Estas son sus manifestaciones más frecuentes”.
¿Qué encontraron los psicólogos investigadores? Que el 8,7% de las personas que viven en nuestro país presentan “riesgo de padecer un trastorno mental”. Además, el 48,6% de los participantes mostraron niveles de ansiedad calificada entre “moderada” y “severa” y el 40,2% de los participantes informaron situaciones que se asocian a niveles de depresión entre “moderada” y “severa”.