“Nuestra gente está haciendo un esfuerzo muy grande, no podemos nosotros hacernos los tontos; hay que acompañar con hechos y no solo con palabras ese enorme esfuerzo”, lanzó ayer el arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, en su homilía, ante la mirada imperturbable del presidente Javier Milei, al realizar el tradicional Tedeum del 25 de Mayo en la Catedral metropolitana.
El arzobispo porteño aprovechó la ocasión para enviar un duro mensaje ante la realidad social que atraviesa el país, y en presencia del Presidente, que vivió su primer Tedeum junto a su gabinete y a Nicolás Posse, cuya salida es inminente.
Las duras críticas vertidas por García Cuerva van en sentido de lo que esperaban en la Casa Rosada. Incluso algunas voces señalan que cuando gobierna el peronismo, la Iglesia calla.
“Siguen doliendo algunas acciones de la dirigencia divorciadas de la ciudadanía de a pie, como los tan comentados ‘autoaumentos’ de sueldos de hace algunas semanas”. El mensaje de García Cuerva fue un dardo dirigido a la plana mayor libertaria, pero también a los senadores que votaron el aumento de sus dietas.
Las frías palabras del arzobispo hacían juego con el clima en la Ciudad y en la Plaza de Mayo, que estaba prácticamente vacía y sin calor de gente o militantes. Apenas unas pocas personas (entre las que había muchos turistas) apostadas contras las vallas que protegían al Presidente en su recorrido entre la Casa Rosada y la Catedral, y un puñado de vendedores ambulantes.
Apuntó contra los “autoaumentos” de sueldos que se dio la dirigencia política
Fría parece estar también la relación con el secretario de Culto, Francisco Sánchez, encargado del vínculo con los credos, quien pegó el faltazo. Representantes de todos los credos estuvieron presentes; en el caso del judaísmo, hubo un integrante del seminario rabínico, por ser shabat.
“Hay pocas cosas que corrompen y socavan más a un pueblo que el hábito de odiar”, pronunció el monseñor al tiempo que recordó las palabras del papa Francisco que piden “que la grieta se termine, no con silencios y complicidades, sino mirándonos a los ojos, reconociendo errores y erradicando la exclusión”. También tuvo críticas para con la idea del “cuanto peor, mejor”; “eso nos destruye a todos y carcome los cimientos de la Patria”.
La jornada arrancó con una reunión de Milei con los representantes de poderes del Estado y el gabinete en el Salón de los Bustos de Casa Rosada, antes de trasladarse a pie a la Catedral, escoltado por la fanfarria y el regimiento de Granaderos.
Al Presidente lo acompañó un grupo de diputados, entre los que se encontraba José Luis Espert, quien crece en ascendencia. El diputado se prestó a una selfie con un soldado del regimiento de Patricios.
