La tripulación del buque carguero MV Ceci está bajo sospecha por el hallazgo de los cerca de 500 kilos de cocaína en el puerto de San Lorenzo. Solo quedó a salvo el capitán porque fue el que descubrió el cargamento y dio aviso a Prefectura. Si no hubiese tenido ese coraje, hoy la embarcación se encontraría en alta mar rumbo al puerto de Amsterdam.
A diferencia de otros grandes operativos, esta causa se inició a partir del hallazgo. No hubo un informante o un arrepentido que denunciara la maniobra como hacer un seguimiento que permita identificar a los narcos que iban a recibir el envío. La noticia, además, corrió tan rápido que no dio tiempo a preparar un operativo con entrega vigilada.
“Se investiga más hacia atrás que hacia adelante”, reconoce un vocero de la investigación. Lo que quiere decir es que están trabajando en los días previos a la salida del navío porque la sospecha es que la droga fue cargada en el puerto de San Lorenzo. Para ello analizan los registros de las cámaras de seguridad del puerto de San Lorenzo, analizan todos los teléfonos celulares y los movimientos de dinero. También buscan identificar a los tripulantes de una lancha que supuestamente ingresó alimentos a la embarcación.
La línea de tiempo que siguen presume que la droga llegó procedente de Bolivia, con un posible paso por Paraguay. Antes de amarrar en Santa Fe, el 21 de abril a las 18.34, el MV Ceci salió del puerto Khomeyni de Irán, recaló en Montevideo para después llegar a la Argentina. Ya había estado en el país entre el 14 y el 22 de marzo pasado.
Por lo pronto, la investigación, que está a cargo del fiscal federal Claudio Kishimoto, tiene en la mira a 19 marineros de origen filipino que integraban la tripulación. Si bien técnicamente son todos sospechosos, los detectives especulan que una minoría serían los que podrían tener relación con el cargamento de droga.
El principal apuntado es el jefe de cocina porque los 15 bultos con los 470 kilos de cocaína estaban guardados en la cámara frigorífica, a la que pocas personas tenían .Si efectivamente la droga fue puesta en el puerto de San Lorenzo, es probable que otros marineros hayan colaborado en la logística de carga, ya que se trataba de un operativo que exigía rapidez y coordinación, algo difícil de lograr con un solo tripulante.
Lo que está claro es que no se trata de improvisados. “El camuflaje de la droga demuestra un alto nivel de profesionalismo, ya que los bultos se encontraban guardados dentro de bolsos estancos, y cada pan, resguardado con diversos materiales para garantizar la impermeabilidad del cargamento, con posibles fines de ser arrojados al agua para su posterior recogida”, explicó un vocero.
¿Adónde apuntan? A las dos grandes organizaciones que operan en la Hidrovía Paraná-Paraguay, una ruta fluvial que une cinco países (Argentina, Brasil, Bolivia, Uruguay y Paraguay): el Comando Vermelho y el Primer Comando Capital (PCC), los principales grupos criminales brasileños que hace rato extendieron sus redes en la región. Solo desde Puerto Rosario, en los últimos seis años, se registraron al menos seis embarques con más de cuatro toneladas de cocaína cada uno.
Paraguay es el punto clave en la ruta narco de la Hidrovía. Desde allí parten casi todos los cargamentos de cocaína que provienen de Bolivia, a bordo de barcazas. Después de la pandemia, esta ruta creció como ninguna hasta convertirse en la principal puerta de salida de la cocaína que llega a Europa, Asia y Medio Oriente.
Ya en camino, el circuito continúa con trasbordos en terminales portuarias más grandes como las de Rosario, Buenos Aires o Montevideo, donde los cargamentos pasan a buques de mayor calado, como ocurrió con el MV Ceci que amarró en San Lorenzo.
Uno de los principales nombres que suenan detrás de los grandes movimientos de cocaína por la Hidrovía es el uruguayo Sebastián Marset, prófugo de la Justicia desde marzo de 2022. Lo conocen como “el narco de las mil caras” y está vinculado al PCC.
De hecho, la Justicia paraguaya lo señala como el responsable de haber organizado desde Asunción la salida de tres cargamentos por la Hidrovía, que en total sumaban más de 16 toneladas de cocaína y que fueron descubiertos en los puertos de Villeta (Paraguay), Rotterdam (Holanda) y Amberes (Bélgica).
En marzo de 2021, en Hamburgo, Alemania, incautaron 16.174 kilos de cocaína que estaban ocultos en latas de pintura y yeso dentro de cinco contenedores. Fue un récord para Europa.
Ese cargamento había zarpado desde el puerto de Villeta, en Asunción, en una barcaza que llegó al puerto de Buenos Aires el 29 de diciembre de 2020. Allí se realizó el trasbordo al buque panameño Cap. San Artemisso, que luego partió rumbo al Atlántico. El destino final de la droga era Israel, aunque parte del envío fue detectado en tránsito en Alemania. Otro embarque de la misma empresa de pinturas fue interceptado en Amberes, Bélgica, donde hallaron otras siete toneladas de cocaína.
Marset –señalado como el líder del Primer Comando Uruguayo– es el que abrió la ruta de la droga a Dubai, donde hasta hace un tiempo vivían su mujer y sus hijos. Los fiscales Kishimoto y Diego Iglesias, a cargo de la Procunar, siguen sus pasos hace algunos años porque este narco, que con su enorme poder económico se dio el lujo de jugar en el club Deportivo Capiatá de Paraguay (equipo de la segunda división a la que aportó dinero), dejó sus huellas en varios de los cargamentos interceptados en la Hidrovía.
Más de 3.500 kilos en lo que va del año
L.N.
El hallazgo de la droga no fue fruto de un trabajo de investigación minucioso, sino que partió de un hecho fortuito: el aviso del capitán del navío, quien fue el que descubrió el cargamento en la cámara frigorífica.
La ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, no perdió la oportunidad de sacarse fotos y adjudicarse el hallazgo. Así lo anunciaron: “En el marco de una estrategia federal contra el narcotráfico, coordinada entre el Ministerio de Seguridad Nacional y la Unidad de Información Financiera, se llevó adelante el operativo fluvial contra el narcotráfico más grande en la historia de San Lorenzo”.
El hallazgo también esconde las graves fallas en los controles porque semejante cantidad de droga llegó al país sin que se encendiera ninguna alarma.
Desde la cartera sumaron los 476 kilos de cocaína hallados en el MV Ceci a otros cargamentos secuestrados para promocionar que en los primeros cuatro meses del año incautaron 3.600 kilos de cocaína. “Venimos superando todos los récords de incautación de cocaína. Llevamos más de 3.600 kilos de cocaína en lo que va del año, un récord histórico”, dijo Bullrich el jueves.