A cien días de la desaparición de Lian Flores Soraide, el niño de 3 años que fue visto por última vez en un ladrillal de la zona rural de Ballesteros Sud, en Córdoba, sus padres llevan adelante un reclamo desesperado para encontrarlo mientras la investigación se encuentra estancada. En medio de testimonios con contradicciones, trascendió que la Justicia podría llegar a evaluar la utiización de un polígrafo, comúnmente conocido como "detector de mentiras".
La búsqueda del menor comenzó el sábado 22 de febrero pasado, por la tarde, cuando salió a jugar al patio de su casa con sus hermanos, y nunca más regresó. En ese momento, sus padres, Elías Flores y Plácida Soraide, estaban durmiendo la siesta en su casa de la zona de hornos y cortaderos de ladrillos en la localidad ubicada a 180 kilómetros de la capital de Córdoba.
“No sé qué más hacer. ¿Se olvidaron de Lian? Está vivo y lo tienen que encontrar”, expresó recientemente el padre del nene en diálogo con un medio local. Además, Elías indicó que su esposa "llora todos los días" y sus otros cinco hijos tambiñen "empiezaron a llorar" por la ausencia de su hermano.
"Vinimos a Córdoba para buscar una mejor vida. Hay una recompensa de 20 millones activa. Si alguien tiene algún dato certero, que lo cuente. Necesitamos que vuelva a casa", agregó. Por su parte, la mujer rechazó que Lian haya sido víctima de un accidente de auto o haya sido atacado por un animal y explicó que, el día de la desaparición de su hijo, en una de las viviendas cercanas a la suya había una Volskwagen Surán gris que estuvo trabajando durante mucho tiempo.
En los operativos de su búsqueda se realizaron excavaciones, se utilizaron georradares y hasta hubo inspecciones de hornos de ladrillo con perros rastreadores. Una semana después de que Lian fuera visto por última vez, su madre señaló que encontraron el pantalón del pequeño en la puerta de su casa.
Desde el inicio el caso se tornó complejo, con varias declaraciones contrapuestas entre los testigos. Hasta el momento no hay imputados ni detenidos en la causa que llevan adelante los fiscales federales de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex), María Alejandro Mángano y Marcelo Colombo, la fiscal federal María Virginia Miguel Carmona y sus pares de Bell Ville, Isabel Reyna y Nicolás Gambini.
El uso de un detector de mentiras
Aunque actualmente no se desestima ninguna hipótesis, la teoría principal indica que una persona o un grupo pudeo haber sustraído al menor cuando jugaba fuera de su hogar. Al tratarse de una zona poco poblada y alejada de la ciudad, las personas que viven en el predio rural y quienes visitaron el lugar están identificadas.
En ese contexto, además de los padres de Lian también declararon ante la Justicia sus vecinos, el dueño de la mencionada camioneta y los conductores de otros vehículos que también estuvieron allí aquel 22 de febrero, entre otros. Una fuente cercana a la causa informó que las contradicciones "son muchas", pero no alcanza para imputar. "Debemos comprobar que hubo una mentira corroborada, y eso, por ahora, no se logró", expresó en declaraciones a La Voz.

El medio cordobés consignó que, por este motivo, se analiza la idea de utilizar un detector de mentiras mediante la colaboración con el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (Homeland Security).
Aunque se trata de un procedimiento que no es aceptado como prueba legal concluyente en varios países, se busca que pueda ofrecer un indicio en medio de la parálisis de la causa. En mayo del año pasado, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, autorizó nuevamente el uso de estos dispositivos en los efectivos de las fuerzas de seguridad federales que investigan delitos como narcotráfico y crimen organizado.
Los análisis realizados a los 40 teléfonos celulares incautados en el marco de la investigación, durante las primeras semanas de la desaparición de Lian, siguen siendo las pruebas más firmes y se espera que los rastros digitales ayuden a esclarecer su paradero.
FP/fl