La RN 9, que une CABA con la frontera de Bolivia, tiene apenas 180 km en su tramo por la provincia de Santa Fe. En ese trayecto, viven cerca de 1,5 millones de habitantes, y se produce la gran parte del PIB de la Argentina.
En General Alvear, está el complejo automotor de GM, junto a su sistema de pymes proveedoras. A escasos km, Rosario, con el puerto agroexportador más importante de Sudamérica. A minutos más, la ciudad la Carcarañá con sus imponentes plantas fabriles vinculadas a la industria alimenticia nacional.
Avanzamos otro trayecto, la ciudad de Cañada de Gómez, líder en la industria del mueble del país (y cuna de grandes figuras del seleccionado nacional de básquet). Casi pegadas, las ciudades de Armstrong y Las Parejas, el polo productivo de maquinaria agrícola por excelencia de Latinoamérica. Además, este recorrido concentra las empresas más relevantes en desarrollos biotecnológicos y las mejores tierras para la producción agrícola.
La producción agropecuaria en Santa Fe complicada por la economía, suba de retenciones y el clima
Mientras tanto, como extranjero en CABA, me resulta apabullante la cantidad de cafés que hay, y que siempre estén llenos. La pregunta obligada es, ¿qué produce CABA?
La reforma de la constitución del ´94, al reconocerle autonomía política a la Capital Federal, hizo de CABA una productora de ficciones. En esta, un actor local gana protagonismo político nacional al apalancarse artificialmente por los medios de comunicación porteños: De la Rúa, Macri, y Fernández.
La ficción de CABA se fue sofisticando con la irrupción de las redes sociales y la IA, y permitió a Milei ser el primer presidente de Argentina sin anclaje político territorial. Esta carencia lo obligó a integrar a la tan maldita casta para lograr gobernabilidad, de modo que el único capital político que posee Milei hoy es el control de la inflación.
La cuestión radica en que, controlada la inflación (por el momento), el mandato social cambia. Las encuestas de opinión ya muestran que la principal preocupación de los argentinos es el empleo y el bajo nivel de los salarios. Es por ello que Milei debe imperiosamente lograr buenos resultados electorales para hacerse de su propia estructura política, la que lo ayude a contener las posibles demandas sociales, y no estar condicionado en su capacidad de gobernar.
En este sentido, el gobierno creyó nuevamente en la ficción de CABA: capitalizar a nivel nacional la elección a legislador local -nombre con más glam que el de simple concejal. La estrategia debe concebirse como la proyección del clima de victoria al resto del país y la obtención del liderazgo del espacio ideológico de centro-derecha al someter al PRO en su propio hogar.
Con ello, marca los términos de las negociaciones de posibles alianzas de cara a octubre, las que realmente le interesan al gobierno nacional, puesto que son las que le permitirían consolidar su posición en el Congreso Nacional.
Adorni es Milei, significó que Adorni fue la figura de utilería, porque el rol central de la ficción lo cumplía el propio Presidente, quien personalmente acaparó todas las cámaras del primetime. Incluso se ausentó de la asunción del Papa León XIV, puesto que la fe en la ficción de CABA fue más fuerte que la representación formal de todo el país.
Sin embargo, en Santa Fe, donde está la realidad productiva, donde comienzan a angustiar las paradas de plantas y los sueldos permanecen con escasos aumentos, los candidatos de Milei obtuvieron el tercer puesto en la elección a convencional constituyente, y, en promedio, esos mismos resultados a concejales en distintas localidades.
El resultado obtenido en CABA debe ser tomado con cautela por los estrategas libertarios. Para que su proyecto político no se agote en la ficción porteña, no deben subestimar la lógica de campaña electoral ni las nuevas demandas sociales del territorio productivo del interior del país.
