Robert Francis Prevost se convirtió en el primer Papa estadounidense en la historia de la Iglesia Católica tras ser elegido como León XIV, sucediendo a Francisco. Su elección ha generado un día histórico de festejos y orgullo en Estados Unidos, sorprendiendo gratamente a ciudadanos de todas las religiones.
Nacido en Chicago en 1955, Prevost posee una amplia trayectoria internacional y una destacada experiencia en cargos importantes dentro de la Iglesia. Su nombramiento fue recibido con particular entusiasmo en su ciudad natal, Chicago, donde los ciudadanos manifestaron un especial orgullo por este acontecimiento histórico.
El reverendo William Lego, párroco de San Toribio en Chicago y compañero de Prevost desde que eran seminaristas en Michigan, expresó su asombro y alegría ante la elección: “Creo que mi compañero de clase acaba de lograrlo. Han elegido a un buen hombre”.
Prevost fue elegido pontífice tras cuatro votaciones realizadas durante el segundo día del cónclave, dos semanas después del fallecimiento del Papa Francisco. Expertos del Vaticano describen a León XIV como una figura centrista, destacando su liderazgo equilibrado y calmado. En su primer mensaje como Papa, León XIV subrayó la importancia de construir una “Iglesia que construya puentes y esté siempre abierta a recibir a todos”, recordando con especial cariño su tiempo en la diócesis peruana de Chiclayo.
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Prevost cuenta con una sólida formación académica que incluye una licenciatura en matemáticas por la Universidad de Villanova, una maestría en teología por la Catholic Theological Union de Chicago y un doctorado en derecho canónico por la Pontificia Universidad de Santo Tomás de Aquino en Roma. Ordenado sacerdote en 1982, pasó gran parte de su vida en Perú, donde adquirió la ciudadanía en 2015 tras ejercer como misionero y posteriormente como arzobispo de Chiclayo entre 2014 y 2023.
Sus allegados destacan su humildad y cercanía con las personas. El reverendo Fidel Purisaca Vigil, director de comunicaciones de la antigua diócesis de Prevost en Chiclayo, afirmó que, pese a las dificultades, “siempre mantiene buen humor y alegría”. Jesús León Ángeles, coordinador de un grupo católico en Chiclayo, resaltó su sencillez y disposición para ayudar, especialmente en la atención a migrantes venezolanos.
No obstante, su trayectoria también ha enfrentado controversias relacionadas con casos de abuso sexual dentro de la Iglesia. Durante su período al frente de la diócesis de Chiclayo, fue acusado de encubrir a un sacerdote señalado por abuso de menores, aunque la diócesis negó su implicación directa. Una polémica similar ocurrió cuando dirigía la Provincia Agustiniana de Chicago en 2000, al permitir que un sacerdote acusado permaneciera cerca de una escuela católica, situación que también fue desmentida por el Vaticano.
León XIV muestra continuidad con el legado pastoral del Papa Francisco, especialmente en su compromiso con los pobres y migrantes. Kathleen Sprows Cummings, profesora de historia en la Universidad de Notre Dame, destacó su “corazón pastoral y visión gerencial”, que lo acerca al estilo de su predecesor.
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Entre los desafíos inmediatos del nuevo Papa se encuentran la migración, el cambio climático, la inclusión de la comunidad LGBTQ, el liderazgo femenino en la Iglesia y las relaciones con el gobierno estadounidense. Aunque mantiene posiciones conservadoras respecto a la ordenación de mujeres y ciertos temas de género, León XIV enfatiza la necesidad de actuar de manera concreta frente al cambio climático.
La elección de León XIV representa un hito histórico que rompe con el tabú de tener un Papa estadounidense, algo tradicionalmente evitado por el poder geopolítico de EE.UU. Su experiencia internacional y enfoque pastoral podrían contribuir a consolidar su liderazgo global en la Iglesia Católica.
Gi