El psicoanalista Jorge Alemán se refirió al avance de la ultraderecha a nivel mundial y remarcó que “surgen líderes absolutamente delirantes en todas partes”. “La negación es una defensa frente a la impotencia que se siente ante cosas que ya no tienen arreglo”, dijo en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3).
Jorge Alemán es psicoanalista, escritor, columnista, profesor honorario de la Universidad de Buenos Aires, también de la Universidad de San Martín, y en el año 2018 recibió el Doctorado Honoris Causa de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Rosario. Fue consejero cultural de la embajada argentina en España entre 2004 y 2015. Es autor de varios libros, entre ellos Capitalismo, crimen perfecto o emancipación y Pandemonio, notas sobre el desastre.
Muy buenas tardes, supongo, para vos en España. Y a la distancia, seguramente las cosas se ven un poco mejor a nuestra confusión actual. Así que estamos muy atentos a escuchar tu reflexión sobre lo que pasó ayer en las elecciones de la Ciudad de Buenos Aires.
Bueno, para mí se inscribe en una cuestión de orden mundial, aunque mi desolación fue enorme porque le tengo un enorme aprecio a Leandro Santoro. Pero hay una suerte de neofascismo que se caracteriza por no pertenecer a ningún partido político ni por abrazar de manera explícita una causa.
Es decir, hay un desconocimiento incluso de sí mismo. Si uno le dice: “Usted es fascista”, lo niega. O sea que se caracteriza, más bien, por un estado de irresponsabilidad, por algo en donde el cuerpo está implicado en experimentar distinto tipo de satisfacciones.
También porque se puede ser fascista y vivir en la precariedad. Y esto se extiende y forma parte de uno de los grandes signos de la época, que muestran que cada vez más hay sujetos sin causa alguna y que sienten que pueden tener cualquier justificación para todo.
Ayer, otro colega tuyo, Sergio Zabalza, hablaba de “fingir demencia”. No creo yo que lo pueda reproducir bien, pero él planteaba que esto era para explicar el gran ausentismo. Cuando vos colocás el ausentismo más el voto nulo, llegás prácticamente al 50%, en una ciudad como Buenos Aires, que se caracteriza por siempre haber superado el 70%.
Y entonces él planteaba que era un mecanismo de defensa: “fingir demencia” cuando uno se encontraba frente a ninguna alternativa que lo motivase, o incluso hasta que sintiera miedo por el futuro.
Uno de los mecanismos de defensa era “fingir demencia” para explicar la cantidad de personas que no fueron a votar. Entre las múltiples explicaciones que se podrían hacer, me gustaría tu reflexión, no solamente sobre esta tendencia mundial que se podría llamar neofascismo, pero al mismo tiempo sobre el desapego participativo, de un porcentaje muy grande de la sociedad.
La verdad, Jorge, es que yo, si tuviera que hablar de un mecanismo psíquico propio de la ideología esta, hablaría de lo que Freud describió con la palabra negación, según los traductores, que consiste en ver y no ver a la vez.
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Se sabe que el mundo va hacia su destrucción. Se sabe... y no se sabe. Se sabe que este proyecto político que hay en Argentina va a terminar destruyendo todo. Se sabe... y no se sabe. Es una especie de balanza que va entre el no saber y el saber. Y se corresponde con algo que Freud describió muy bien y que llamó negación, del término alemán, y que consiste precisamente en eso.
Los que no fueron a votar sabían que estaban cometiendo un acto irresponsable. Además, tal vez hubieran ido a votar y hubieran votado por la ultraderecha. Y a la vez, si uno les hubiera dicho: “Pero, ¿usted sabe que es de ultraderecha?”, bueno... no estoy muy seguro de que sucediera. Porque hace años que hablo de que la ultraderecha va a capturar la subjetividad de forma masiva, y que la Argentina no iba a ser una excepción. Y sin embargo, se siguió analizando el fenómeno con categorías anteriores.
Esa negación es un mecanismo de defensa para Freud. Aparece cuando las personas se sienten amenazadas por tanto, porque si no, no sería necesaria la defensa. ¿Qué amenaza produce esa negación, o lo que él definía como “fingir demencia"?
Bueno, lo que nos amenaza es que estamos frente a proyectos que no se pueden detener. O sea, la principal amenaza es que usted sabe que el planeta va hacia su destrucción, pero no sabe a través de qué modo puede frenar esto.
Usted sabe que se está produciendo en Gaza un exterminio inédito, desde la Segunda Guerra Mundial no hemos visto nunca un exterminio de esta naturaleza, con la complicidad de todos los países europeos y del mundo árabe. Y no se puede frenar.
A la vez, surgen en todas partes líderes absolutamente delirantes, en el sentido no psicopatológico, sino en el sentido vivencial, y sin embargo tampoco se los puede detener. Entonces, si tuviéramos que hablar de defensa, es una defensa frente a la impotencia que se siente ante cosas que ya no tienen arreglo. Porque una de las posibilidades es esta: o estamos viviendo un interregno y en algún momento va a surgir otra cosa, o estamos viviendo el final.
Día 522: Ausentismo porteño y voto protesta
Repasemos un pedacito de Milei de hoy a la mañana. “Acomodemos los tantos sobre qué es perversión. Porque las perversiones vinieron de ese lado. ¡Que a mí no me vengan a psicopatear! Porque si quieren me pongo yo más psicópata”, dijo en el programa de Antonio Laje.
El presidente dice: “Soy mucho más psicópata!”....
Bueno, eso sin duda. Si él considera eso como una virtud es una cuestión de él. Es responsable él de eso. Pero es probable que él pueda ser más psicópata que todo el mundo, sí. Y una de las cosas también que muestra la extensión de la vida neofascista es el uso de la palabra. La impunidad que hay en el uso de la palabra.
Ahora, Jorge, repasábamos hoy al comienzo del programa: Alemania tuvo una presencia récord en la votación frente a la de Alternativa por Alemania. Creo que llegó al 85% de participación, el máximo en la historia de Alemania desde la reunificación. Francia logró setenta y pico por ciento. Hay cordones sanitarios, por decir de alguna manera, en varios de los países europeos. Es decir, la tendencia no parece ser absolutamente irrefrenable.
No, bueno, pero son débiles, tienen 148, 158 diputados en el mundo... Cuando estaba prohibido hacer un elogio del nacionalsocialismo. Es decir, hablar de una tendencia irrefrenable... le doy la razón de que tal vez sea un poco terminante la expresión. Pero que la civilización está empezando a presentar una capa muy fina y muy fácil de atravesar, es un hecho.
Lo que ha pasado en Alemania es un ejemplo. La pasividad de Europa con el exterminio en Gaza es otro. La propensión que tiene Trump muestra algo que ya ha atravesado todo el campo democrático. También la no conjunción de la democracia con el capitalismo, también.
O sea, Alemania no me parece un buen ejemplo. Los alemanes que pertenecen incluso a las derechas conservadoras... están aterrorizados.
Bueno, lográs aterrorizarnos a nosotros, Jorge. ¿Qué te puedo decir?
No, a ver. Yo, soy freudiano, tiendo al pesimismo antropológico.
Y al optimismo de la voluntad.
Exactamente. Es, después, la manera de asumir de verdad el problema. Porque si no, uno lo ignora, y un buen día tiene la inundación o la peste tomando todo.
MC