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INTERNA RADICAL

Gaston Manes explica su renuncia y el lanzamiento de la nueva línea de Facundo Manes

El ex presidente de la Convención Nacional de la UCR consideró que el partido perdió la vocación transformadora que supo tener y cuestionó a los dirigentes que solo “tiran agua para su molino”.

Gastón Manes
Gastón Manes | Cedoc

El dirigente radical Gastón Manes explicó los motivos de su renuncia a la presidencia de la Convención Nacional de la UCR y consideró que el partido se fue debilitando por un “exceso de silencio respecto de lo que está pasando a nivel nacional”. “Prevaleció otro modelo de construcción, que estaba más vinculado al marketing político”, dijo en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3).

Gastón Manes fue hasta ayer presidente de la Honorable Convención Nacional de la Unión Cívica Radical, el máximo órgano decisor del partido, quien tiene entre sus atribuciones establecer y aprobar la política de alianza del espacio. Es abogado de la Universidad de Buenos Aires, especialista en Derecho Internacional Público, empresario del área de ciencia y tecnología, y presidente y fundador, junto con su hermano Facundo, del conocido Instituto de Neurociencias Cognitivas de Atención Clínica y Formación.

Ayer vos difundiste una carta que anunciaba su renuncia al cargo de presidente de la Convención Nacional de la Unión Cívica Radical y explicaba sus razones. La carta de renuncia decía textualmente:

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"En lugar del 'nadie se salva solo' ha primado el 'sálvese quien pueda'. Lo que alguna vez fue una comunidad de pensamiento y acción se ha visto reducido a una suerte de confederación de posturas provinciales, cada uno con su urgencia, sus lógicas locales y sus pactos circunstanciales."

¿Se puede pensar que este diagnóstico describe la expresión local de un movimiento global hacia el individualismo, en la línea, por ejemplo, de Margaret Thatcher, que decía: “No existe la sociedad, sólo hay individuos”, y que es un problema que aqueja al radicalismo, pero también a la sociedad en su conjunto?

Sí, creo que refleja un poco el mal de esta época, o bueno, el mal para mí. O el rasgo de esta época que vivimos. El Partido Radical es un partido que ya va por su tercer siglo de existencia, digamos, tiene 132 años de vida. Obviamente han pasado dirigentes de todo tipo, con lo cual no le doy una relevancia tan grande a mi paso por la presidencia de la Convención, porque obviamente me parece que lo importante es la institución y no las personas.

Pero en un momento me empecé a sentir incómodo en la situación en la que estaba, porque yo creo que el partido, del cual yo presidía la asamblea máxima, el órgano más importante según la Carta Orgánica, Y el partido no se fue debilitando por falta de votos, sino por un exceso de silencio respecto de lo que está pasando a nivel nacional.

Porque si bien uno puede ver que en las provincias los oficialismos provinciales, ya sean del Partido Justicialista, sean radicales o de otras fuerzas, sostienen su gobierno con votos y demás… Pero para sostenerlo también necesitan hacer cosas que socavan las bases de sustentación de un partido que en otro momento fue un partido con un coraje moral, con una doctrina, con una vocación de poder transformadora que hoy, lamentablemente, a nivel nacional por lo menos, no tiene.

Y esto no lo digo ahora. Yo lo vengo viendo ya desde el esfuerzo que nos costó en el año '23, esfuerzo fallido, colocar un precandidato a presidente en la interna de las PASO de Juntos por el Cambio. Siendo que en la elección previa, en el '21, el radicalismo había sacado más votos que el PRO, sumando todas las candidaturas en todos los distritos.

Y sin embargo, teníamos candidatos, teníamos fuerza política, teníamos ideas para ofrecer a la sociedad, y sin embargo prevaleció otro modelo de construcción, que estaba más vinculado al marketing político y demás. Entonces, en ese contexto es que yo doy el paso al costado.

Ahora, al mismo tiempo que vos das este paso al costado, circuló una invitación de Facundo Manes para participar del lanzamiento de un nuevo espacio político este viernes 23 de mayo. Me gustaría que nos contaras un poco cómo es eso.

Bueno, aunque parezca mentira, no están vinculadas de manera directa una cosa con la otra. Yo sigo siendo radical, no es que me fui del partido, solamente renuncié a un cargo que ostentaba. En el mes de abril nosotros habíamos convocado a la Convención luego de una carta que enviaron importantes dirigentes del partido, referenciados en la provincia de Mendoza y demás.

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Se revisó la decisión en el ámbito de los de la mesa del Comité Nacional, diciendo que era inoportuno, que esto, que lo otro... pero ya íbamos a pasar dos años sin reunir la Convención. Entonces me parecía que... yo ya desde ese momento tenía pensado dar un paso al costado. Yo tuve, justo estas últimas semanas, temas personales, falleció el viernes un gran amigo mío, estuve muy compenetrado con eso, con lo cual se dilató un poco la firma de esta renuncia en mi caso.

Y Facundo venía armando paralelamente esto que, obviamente, yo apoyo, porque es una convocatoria amplia a sectores, no me gusta decir “de centro”, pero sí sectores, digamos, que no tienen que ver con los extremos, que hoy se presentan ante la sociedad como las únicas dos opciones. Entonces, la convocatoria de una figura como Facundo a un espacio nuevo, que incluye al radicalismo, o a los radicales que quieran participar, me parece una novedad política muy interesante.

Gastón, para compartir con la audiencia: nosotros tenemos una relación de más de 20 años, y de antes que tanto vos como tu hermano ingresaran a la política. Recuerdo perfectamente el debate lógico de si esa carrera política se tenía que hacer dentro de un partido tradicional o creando un partido nuevo.

Era una especie de “partido humanista”, que era lo que sentimos, quienes conocemos a Facundo, que representa. Hoy, en retrospectiva, después de todas estas dificultades que vas chocando dentro del radicalismo, ¿creés que, así como Macri en su momento, o como Milei en otro, llegaron a la presidencia con partidos nuevos, es útil la herramienta de los partidos tradicionales, o termina siendo más efectivo electoralmente un partido nuevo?

Mirá, yo soy una persona que tiene una formación jurídica y orgánica. Creo en la Constitución. La Constitución habla de partidos políticos, y yo creo en los partidos, y no en cáscaras vacías que muchas veces son los que se arman para una elección muy determinada. El Partido Radical, justamente, es todo lo contrario, o era todo lo contrario, en términos de que tiene una historia, una trayectoria, presidentes, muchísimos gobernadores, intendentes, etcétera.

Ahora bien, ese dilema, que yo recuerdo perfectamente en la post pandemia, cuando Facundo decidió dar el paso a la política... hubo un debate acerca de por qué el Partido Radical lo vino a buscar. Yo me siento responsable de esa decisión porque yo fui uno de los que lo incentivó a que participe por dentro de una estructura partidaria tradicional.

Me parecía que lo que el país necesitaba, la agenda de transformaciones que Argentina tiene por delante, tenía en ese momento y la sigue teniendo, necesitaba una figura, un líder como Facundo lo era, lo es todavía. Pero que además debía tener una estructura detrás, de sostenimiento, que le permitiera llevar adelante esa agenda de transformaciones.

El diagnóstico de que una persona de afuera de la política iba a ser elegida por la población evidentemente se verificó en la elección del '23. Contra lo que nos decían muchos de los que no apoyaron, muchos radicales incluso, gente en la que nosotros habíamos confiado, con las recetas de antes, decían: No, un dirigente nuevo no es lo conveniente.”

Bueno, nosotros creíamos que sí, porque la sociedad estaba interpelando a la vieja política, y necesitaba figuras nuevas, que tomen lo mejor de lo viejo, pero que construyan algo nuevo. Pero pasó muy poco tiempo. Nosotros, los ciudadanos, somos muy de ver todo en el presente. Para mí, el tiempo es el que ordena todo, y el tiempo va a decir qué fue lo mejor. Porque todavía me parece muy prematuro.

Si bien, obviamente, si lo medimos en términos electorales y de llegar al poder rápidamente, fue una decisión equivocada. Sin embargo, yo creo que muchas veces hay derrotas que son... en realidad no fue una derrota, porque Facundo no participó finalmente, pero quiero decir: esas desilusiones te permiten traer más sabiduría. Esas desventuras te plantan mejor para lo que viene.

Yo creo que es lo que está pasando. Yo recibí, entre ayer y hoy, una infinidad de llamados de gente del partido diciendo: “Por favor, no se vayan.” Yo no me fui del partido. Lo que hice fue renunciar a un cargo que me pareció, y lo puse en la carta, sentí que desde mi muy humilde lugar, esto sea una especie de apelación a los demás correligionarios para que no se queden callados.

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A mí me pareció muy, muy triste lo que pasó el primero de marzo con la agresión que sufrió no sólo Facundo, sino un diputado nacional, en el Congreso de la Nación, por parte del hombre, según el presidente, de mayor importancia en la estructura del Estado.

Y que el partido, o que los aliados del partido, o diputados del partido no hayan salido ni siquiera a repudiar ese hecho. Entonces ahí yo prendí una alerta muy sensible que me hizo concluir con esta renuncia.

Claudio Mardones (CM): Hay un dato que ha impactado mucho en el radicalismo, y es lo que usted bien dice: la demora en que se vuelva a reunir la instancia deliberativa del partido a nivel nacional, la máxima instancia del partido, que es la Convención Nacional. Pero ha llegado un momento en donde parece que ya no hay más dilaciones posibles, porque llega el momento de definir alianzas.

Y las fotos, antes de su renuncia a la presidencia de la Convención hablan de un radicalismo que dispara interrogantes: un Leandro Zdero en el Chaco, que viene de haber sellado un acuerdo con La Libertad Avanza y ganó; un Gustavo Valdés que termina su mandato en Corrientes y que este año elige gobernador, y que mira mucho el espejo chaqueño; la Ciudad de Buenos Aires con un radicalismo que perdió en una derrota histórica en la Ciudad, que afecta directamente a Martín Lousteau, presidente del partido.

¿Qué cree que puede llegar a pasar en la próxima Convención? Usted no la va a presidir, pero algunos creen que lo que va a pasar es libertad de acción para evitar que el partido se rompa. ¿Usted cree que va a pasar eso?

Mire, la próxima Convención va a ser después de la elección de este año…

CM: Entonces, ¿usted cree que no la han hecho para eso?

Yo, cuando se reunió la mesa de la Convención y la mesa del Comité Nacional, y se decidió que el 25 de abril iba a ser la Convención, yo creía que era necesario hacerla antes de los armados electorales. Porque me parecía que el partido tenía que tener una voz unificada, un criterio orgánico que transmitir a la sociedad, una cierta coherencia.

Y la verdad que abiertamente salieron muchos dirigentes de la mesa, recuerdo una carta firmada por Luis Naidenoff y Pamela Verasay de Mendoza, y después se comunicaron conmigo dirigentes importantes de Mendoza, de Corrientes, y me hicieron saber su malestar por la convocatoria. Yo no sé si había miedo de debatir por miedo a disentir. Pero el disenso es parte de la construcción.

Entonces, yo a veces pienso que la falta de rumbo que está teniendo el partido ya no es un error, sino es una elección calculada. Porque un importante dirigente de una provincia gobernada por el radicalismo, me dijo: "No, nosotros estamos negociando con La Libertad Avanza y es necesario darle el primer lugar a La Libertad Avanza." Entonces, eso para mí fue una cosa que realmenteme afectó en lo personal.

Y digo, empecé a pensar: ¿qué es el radicalismo?, ¿qué es mi pertenencia? Yo, habiendo trabajado mucho en la campaña del '21 con Facundo, que vi lo que significaba una presencia nueva, nítida, esperanzadora. Y como además lo conozco a Facundo, sé cómo trabaja, sé cómo es, tiene sus defectos como todos, pero es una persona totalmente transparente en términos políticos, en términos intelectuales.

Y me parecía que ese cálculo que hacía este dirigente, que me decía "No, a nosotros no nos conviene la Convención por esto y por aquello", me pareció que no tenía que ver. Y yo digo: mi presencia en el partido ya es como una especie de sesgo melancólico mío, de lo que alguna vez fuimos.

Entonces, si bien sigo siendo radical; sigo creyendo en la necesidad de que el partido se rearme, se reconstruya, tengo la necesidad de decir que, si cada uno tira solamente agua para su molino, esto no va a ningún lado.

A Facundo siempre lo acusaron de que tenía ego, por una táctica marketinera de los opositores. Sin embargo, ha demostrado que es el único, por lo menos de los más importantes, que ha trabajado para un partido y no para gobernar su territorio y consolidarse como un caudillo local.

Entonces, a mí me parece que esto pone blanco sobre negro en algunas cosas. No tanto mi renuncia, sino sobre todo la convocatoria de Facundo a algo nuevo.

MC