Ungallery presentó "El ojo y la tempestad", una mega instalación inmersiva de David Petroni, con curaduría de Eugenia Garay Basualdo y Alejandro Zuy. Además, en la sala 2 de la galería, se presenta Círculos caen. Fin del movimiento. Políticas corporales II, una instalación lumínica escultórica de Mónica Van Asperen.
“Es una instalación de 16 telas que están pensadas un poco desde la interacción con el espectador y que el espectador mismo la va activando a medida que se mueve y va generando este efecto óptico cuando avanza sobre ella”, detalló Petroni en diálogo con Perfil. Se refiere a de telas de tul microperforado de cuatro metros de altura, que cuelgan del techo y llegan al piso, teñidas de colores fuertes en degradé y que, con el movimiento, varían en su tono y cobran un tornasol siempre diferente.“Parte de lo que yo voy desarrollando tienen que ver con el color, con la abstracción, pero dentro de eso también la luz y la propiedad etérea del color, está esa cosa de lo inmaterial o del aire”, destacó el artista.
Desde hace dos décadas, Petroni se dedica al estudio del color -pasó por el diseño gráfico- y le apasiona experimentar con opuestos, parte siempre de colores primarios y se divierte en la exploración de lo que pueden lograr las texturas y sus posibilidades. En las obras hay luces y sombras, tridimensionalidad y planicie, precisión y opacidad.
Además de la instalación textil, la muestra incluye una serie de obras hechas con aerógrafo sobre papeles previamente abollados y luego alisados y una serie de cajas lumínicas que expanden la propuesta visual. “Siempre entendí el arte como una experiencia y hay algo del lenguaje visual, puramente visual que tiene que ver con la abstracción quizás, que justamente te lleva a experimentar”, reflexionó Petroni buscando una respuesta a su obsesión por el color y la luz.
Petroni —quien ya expuso en el MACBA— trabaja con la luz, el color y las transparencias. Gracias a ello, el artista genera efectos perceptivos. El artista ha creado murales de más de 35 metros de altura en Estados Unidos, Brasil, Francia, España, Italia, Polonia y Rusia, entre otros países.
Fin del movimiento. Políticas corporales II, una instalación lumínica escultórica de Mónica Van Asperen
En el primer piso de Ungallery se encuentra la obra de Mónica Van Asperen (Buenos Aires, 1962) que dialoga perfectamente con la obra de Petroni, ya que también aborda el efecto de la luz y el color, con la diferencia de que lo que se expone es, principalmente escultórico.
Van Asperen desarrolló su trayectoria en el cruce entre la música, el diseño y la arquitectura. Fue una figura clave en la renovación del pensamiento académico en diseño tras la dictadura, participando activamente en la construcción del ideario de cátedras como Saavedra Gráfica y Saltzman-Skific, en el marco del regreso de la democracia en 1983. Entre sus proyectos se destacan los trabajos gráficos realizados para la discoteca Cemento. En la actualidad dirige una editorial dedicada al diseño y al nuevo pensamiento filosófico.
Realizó desfiles alternativos en espacios como el CAYC y el ICI y, además, participó en la primera Bienal de Arte Joven. También trabajó con Kuropatwa en producciones de moda.
En el ámbito del objeto, su intervención en la vidriería Planas Viau fue especialmente significativa. Posteriormente, su obra escultórica adquirió relevancia a través de piezas lumínicas que fueron exhibidas en el Premio Manuel Belgrano y el Salón Nacional. En 2023 recibió el Gran Premio Fundación Andreani en Arte, Tecnología y Ciencia.
Hasta: 21 de junio en Ungallery (Ministro Brin 1335, La Boca) - Jueves a sábado de 14 a 18.
