Emprender no es fácil, pero en Córdoba cada vez más proyectos logran sostenerse y crecer gracias al apoyo de incubadoras. Así lo confirma el informe "Medición de Impacto de las Incubadoras de Emprendimientos en la Provincia de Córdoba", elaborado por el IERAL y la Agencia Córdoba Innovar y Emprender, que revela que el 92% de las startups que participaron en programas de incubación continúa en actividad.
El estudio también destaca que el 83% de estos emprendimientos avanzó desde la etapa de idea hacia fases más maduras, como la validación, el prototipado, el escalamiento o la consolidación.
Tras el derrumbe fatal, Córdoba podría tener un registro obligatorio de edificios en riesgo
La experiencia de incubación no solo ofrece herramientas, sino también un entorno de aprendizaje y contención. "Nos ayudó a estructurar el negocio, poner foco y ganar confianza para presentarnos frente a inversores", relató uno de los emprendedores consultados. Según el relevamiento, las mentorías, el networking y la formación son los factores más determinantes del proceso.
En promedio, cada incubadora brinda entre 7 y 11 servicios, siendo los más frecuentes las capacitaciones (94%), el a mentores (88%) y el apoyo en la búsqueda de financiamiento (71%). Sin embargo, no todos los proyectos logran finalizar el proceso: solo el 37% de las startups incubadas se gradúan. Las principales causas de abandono son la falta de seguimiento posterior, la escasa conexión con inversores y las limitaciones en la especialización.
El estudio también advierte que muchas incubadoras operan con estructuras pequeñas —en su mayoría con apenas dos personas a tiempo completo— y con enfoques muy diversos. Solo el 40% trabaja con verticales estratégicas definidas, como tecnología, género o impacto social. Aun así, se observa una clara voluntad de articulación con sectores productivos, universidades y gobiernos.
“La guerra no es por el dólar, es contra la inflación”: Nicolás Alfonso y el nuevo rumbo económico
Desde la mirada emprendedora, aún quedan desafíos por resolver: mejorar el a financiamiento, laboratorios, espacios físicos y vínculos concretos con corporaciones e inversores aparece como una necesidad urgente.
En el contexto latinoamericano e internacional, Córdoba se encuentra en una etapa de expansión. El valor del ecosistema local alcanzó los US$ 320 millones, con un crecimiento del 287% en el último año. Incluso, presenta una densidad de incubadoras de 0,58 cada 100 mil habitantes, superior a ciudades como Valencia, San Pablo o Tel Aviv.
La conclusión es clara: incubar funciona. Pero para que más emprendimientos cordobeses logren consolidarse, será clave fortalecer el seguimiento post-incubación, profesionalizar estructuras y avanzar hacia un ecosistema con mayores niveles de articulación y especialización.
