CIENCIA
Estudios avanzados

Expertos advierten que el cerebro contiene cerca de "una cucharada" de microplásticos y que podría vincularse con la depresión y la demencia

Una serie de artículos publicados en la edición de mayo de Brain Medicine señalaron que "estas partículas pueden atravesar la barrera hematoencefálica y acumularse en cantidades alarmantes" en ese órgano.

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microplásticos en el líquido folicular. | Shutterstock-Europapress

Una nueva serie de investigaciones planteó que los microplásticos presentes en los alimentos ultraprocesados podrían acumularse en el cerebro humano y contribuir al aumento global de trastornos de salud mental como la depresión, la ansiedad e incluso la demencia. En esa línea, según los expertos, habría aproximadamente "una cucharada" de ese tipo de partículas en dicho órgano, lo que hizo encender las alarmas en la comunidad científica.

La colección, compuesta por cuatro artículos revisados por pares y elaborada por equipos internacionales, fue publicada en la edición de mayo de Brain Medicine. Se trata del análisis más exhaustivo hasta el momento sobre cómo los microplásticos, de menos de cinco milímetros, podrían afectar la salud cerebral a través de múltiples mecanismos biológicos interconectados.

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En su artículo principal, titulado “Microplásticos y salud mental: El papel de los alimentos ultraprocesados”, los doctores Nicholas Fabiano (Universidad de Ottawa), Brandon Luu (Universidad de Toronto), David Puder (Facultad de Medicina de la Universidad de Loma Linda) y Wolfgang Marx (Centro de Alimentación y Estado de Ánimo de la Universidad de Deakin) sintetizaron la evidencia más reciente y propusieron una nueva hipótesis que conecta el consumo de ultraprocesados, la exposición a microplásticos y los trastornos de salud mental.

“Estamos observando evidencia convergente que debería preocuparnos a todos”, explicó Fabiano. “Los alimentos ultraprocesados ahora representan más del 50% de la ingesta energética en países como Estados Unidos, y estos alimentos contienen concentraciones significativamente más altas de microplásticos que los alimentos integrales. Hallazgos recientes muestran que estas partículas pueden atravesar la barrera hematoencefálica y acumularse en cantidades alarmantes”, profundizó.

Depresion y sueño
Estudios previos habían encontrado que quienes consumen alimentos procesados tienen un 22% más de riesgo de depresión, un 48% más de ansiedad y un 41% más de trastornos del sueño.

Estudios previos ya habían identificado una fuerte correlación entre el consumo de ultraprocesados y un mayor riesgo de problemas de salud mental. En ese sentido, una revisión publicada en The BMJ reveló que las personas que consumen este tipo de alimentos tienen un 22% más de riesgo de depresión, un 48% más de ansiedad y un 41% más de trastornos del sueño. Lo novedoso de esta propuesta es la idea de que los microplásticos serían el eslabón biológico que potencia estos efectos.

Siguiendo esa premisa, los expertos señalaron que alimentos como los nuggets de pollo pueden contener hasta 30 veces más microplásticos por gramo que un corte natural como la pechuga de pollo, lo que evidencia el impacto del procesamiento industrial. Sumado a esto, investigaciones publicadas recientemente en Nature Medicine identificaron concentraciones alarmantes de dichas partículas en el cerebro humano, con niveles tres a cinco veces más altos en aquellos con diagnósticos documentados de demencia.

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"Esta hipótesis es particularmente convincente porque observamos una notable superposición en los mecanismos biológicos", sostuvo Marx. "Los alimentos ultraprocesados se han vinculado con problemas de salud mental a través de la inflamación, el estrés oxidativo, la epigenética, la disfunción mitocondrial y las alteraciones en los sistemas de neurotransmisores. Los microplásticos parecen operar a través de vías notablemente similares", añadió.

De esa manera, el artículo plantea la incógnita de si el contenido de microplásticos en los alimentos ultraprocesados podría ser parcialmente responsable de los efectos negativos observados en la salud mental. Para evaluar con mayor precisión esta relación, los autores proponen la creación de un Índice de Microplásticos Dietéticos (IMD), que permita cuantificar la exposición a través del consumo de alimentos.

Una posible terapia: la aféresis extracorpórea

En paralelo, otro estudio titulado "Aféresis terapéutica: ¿Un método prometedor para eliminar microplásticos?" y publicado en la misma edición analizó una posible vía terapéutica: la aféresis extracorpórea, una técnica de filtrado sanguíneo utilizada en ciertos tratamientos médicos. El trabajo, liderado por el doctor Stefan Bornstein, detalló que este procedimiento podría ofrecer una herramienta para reducir la carga de microplásticos en el cuerpo humano.

“Si bien necesitamos reducir nuestra exposición a los microplásticos mediante mejores opciones de alimentación y envases alternativos, también necesitamos investigar cómo eliminarlos del cuerpo humano”, señaló Bornstein. "Nuestros primeros hallazgos sugieren que la aféresis podría ofrecer una posible vía para la eliminación de microplásticos, aunque se necesita mucha más investigación", remarcó.

Si bien los autores subrayaron que aún se requiere mayor análisis, sostuvieron que sus hallazgos aportan una dimensión crucial al debate sobre los efectos de la ingesta de alimentos ultraprocesados. “A medida que aumentan simultáneamente los niveles de alimentos ultraprocesados, microplásticos y consecuencias negativas para la salud mental, es imperativo que investiguemos más a fondo esta posible asociación”, manifestó Fabiano. “Después de todo, somos lo que comemos”, concluyó.

MB/