En una nueva marcha de jubilados frente al Congreso, la tensión y los incidentes fueron nuevamente protagonistas de la jornada. Y es que hubo enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes, quienes fueron empujados para moverlos hacia la vereda. Entre ellos, estaba el padre Paco, que fue tirado al piso por los efectivos de forma brusca y violenta, y luego fue inmovilizado para “dejarlo a un costado”.
En el operativo, participaron efectivos de la Policía Federal, Prefectura, Gendarmería y Seguridad Aeroportuaria. Además de producirse empujones, los oficiales también tiraron gas pimienta. Hasta el momento, hubo dos detenidos.
El clima de caos comenzó cuando los integrantes de la Policía de Seguridad Aeroportuaria se enfrentaron con aquellos que participaban de la marcha. Estos estaban ocupando la esquina de Rivadavia y Callao y habían comenzado a movilizarse sobre la senda peatonal. En aquel momento, los oficiales corrieron a los manifestantes hacia la vereda.
Al igual que en ocasiones anteriores, el operativo contó con un vallado en las inmediaciones del Congreso, motivo por el que los allí presentes se vieron impedidos de realizar la vuelta clásica de todos los miércoles alrededor del palacio legislativo. De hecho, tampoco permitieron hacerlo en la vereda de la Plaza Congreso.
La Policía Federal se sumó al operativo que buscaba aplicar el protocolo antipiquetes, en una jornada que tuvo choques entre manifestantes y fuerzas de seguridad más temprano de lo normal, antes de las tres de la tarde. En total, participaron 1.050 efectivos: 600 de la Policía Federal, y otros 450 de la PSA, Gendarmería y Prefectura.
Uno de los primeros momentos de tensión se vivió cuando un grupo de hinchas de Chacarita se enfrentó con la Policía. Hubo empujones y gritos antes de que la situación fuera contenida. Pero la escena más caótica se produjo en la intersección de Rivadavia y Callao, donde el despliegue de vallas generó un cuello de botella entre el tránsito, los manifestantes y las distintas fuerzas presentes. La imposibilidad de subir a la vereda del otro lado por el vallado, sumada al corte que se mantenía sobre la calzada, desató el avance policial.
Allí, los efectivos decidieron intervenir para despejar la calle y forzar el repliegue de los manifestantes hacia la vereda. La maniobra incluyó empujones con escudos y el uso de gas pimienta.
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La palabra de Patricia Bullrich, previa a la manifestación: “Pedimos a la gente que respete el protocolo”
Más temprano, la ministra de Seguridad había defendido el operativo y el vallado dispuesto en las inmediaciones de la protesta. Según explicó, las vallas buscan “ordenar y que la movilización se concentre en un solo punto”.
En diálogo con radio El Observador, Bullrich pidió a los manifestantes que se ajusten al protocolo vigente: “Lo único que le pedimos a la gente que va a las manifestaciones es que respete el protocolo, que deje la circulación de autos, que no intenten bajar a la calle porque eso trae una obstrucción a las fuerzas federales de actuar”.
La ministra también apuntó contra el perfil político que, según ella, adquirieron estas concentraciones. “Así podemos pasar estos miércoles que se convirtieron más que en una protesta de jubilados, en una de la oposición al Gobierno. Banderas rojas, palestinas, que representan a partidos y organizaciones políticas, la mayoría con un objetivo antigobierno”, afirmó.
TC/EM