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MODO FONTEVECCHIA
"Ocupación pacífica"

Padre "Toto" de Vedia: "Me enteré que a Grabois se lo habían llevado sin orden judicial y me nació ir"

El cura de la parroquia de los Milagros de Caacupé, en la Villa 21-24, denunció el "espíritu persecutorio" del gobierno de Javier Milei tras la detención de Juan Grabois por ocupar el Instituto Juan Perón.

Padre Lorenzo "Toto" de Vedia
Padre Lorenzo "Toto" de Vedia | Télam

El cura párroco Lorenzo “Toto” De Vedia acusó al gobierno de Javier Milei de perseguir a quienes"defienden a los más humildes y cuestionan muchas de las cosas que se hacen” tras la detención sin orden judicial de Juan Grabois, referente del Frente Patria Grande, por una “ocupación pacífica” en el Instituto Juan Perón el domingo pasado. “Me nació ir del corazón y del alma”, dijo en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3).

El padre Lorenzo “Toto” De Vedia es el cura párroco de la parroquia Virgen de los Milagros de Caacupé, en la Villa 21-24 de Barracas. Trabaja en ese barrio desde 1999, a excepción del período 2005-2011, cuando estuvo a cargo de la parroquia Santa Elisa, del barrio de Constitución. Su labor se centra en la defensa de los más vulnerables y en la lucha contra la pobreza estructural, inspirada en el trabajo del papa Francisco, de quien era además muy amigo. En 2014 fue designado capellán del Movimiento de los Trabajadores Excluidos y de los trabajadores cartoneros. y rezó un Padrenuestro vestido con la camiseta “sabalera”.

Detuvieron a Grabois por ocupar un organismo

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Me gustaría su propia versión de los hechos que terminaron primero con el encarcelamiento de Grabois y luego con su liberación.

Me enteré que a Grabois se lo habían llevado sin orden judicial y me nació ir del corazón y del alma. Se lo llevaron sin orden judicial, por una ocupación pacífica en el Instituto Juan Perón. Sentí que forma parte de este espíritu persecutorio que se ve en este Gobierno hacia las figuras que defienden a los más humildes y cuestionan muchas de las cosas que se hacen. Esas personas son perseguidas, y en este caso, detenidas. Entonces me pareció importante estar ahí. Después fui simplemente a hacer presencia, a acompañar a la gente, a la militancia, a los vecinos, a la familia y rezamos un Padrenuestro.

Usted trabaja con sectores populares desde 1999. ¿Cómo nota la situación social y económica? ¿Le sorprende que el Gobierno siga teniendo la misma intención de voto que se confirmó, por ejemplo, en las últimas elecciones en la Ciudad de Buenos Aires, en la zona en la que usted está asignado? ¿Cuál es su propia visión de lo que está sucediendo?

Sí, realmente es sorprendente que siga ese apoyo. Tiene que ver, tal vez, con cuestiones mediáticas, de opinión pública o de un clima que quedó marcado por la estigmatización hacia quienes trabajan en los barrios más vulnerables. Pero estos son análisis políticos, que por ahí es lo que uno menos sabe, lo que yo menos sé. Lo que sí percibo es que la gente no la está pasando bien porque no llega a tener un poder adquisitivo necesario para afrontar la lucha de cada día. Se engrosan los pedidos de alimentos de gente que va a los comedores, y de otras cosas como poder pagar la garrafa o atender algún imprevisto que se presenta.

Ahora, cuando usted habla con aquellos que votan a Milei, ¿qué le dicen? Porque supongo que una de cada cuatro de las personas con las que conversa por día allí votan por Milei.

Al estar tan en la lucha del pan de cada día, normalmente el diálogo con los vecinos en los barrios humildes no está muy politizado. Eso no es solo de ahora, es de siempre. No sale eso en la conversación. A veces sale, y la verdad, yo percibo que la mayoría no dice que hayan votado a Milei cuando sale el tema.

Villa 21-24

Como interpretación psicoanalítica, ¿qué cree usted que piensan?

Yo creo que la gente sigue teniendo la influencia de cosas que se dijeron y que no son verdad. Como cuando se habló de los “gerentes de la pobreza”. Entonces, la mayoría piensa que no fue bueno recortar tanto la ayuda social. El Potenciar Trabajo se fue a la mitad, en la mayoría de los casos, y a algunos incluso se lo sacó. También hubo una baja de ayuda alimentaria, sobre todo del Gobierno nacional. En general, la gente piensa que no es bueno que haya pasado eso, y que se haya demonizado a gente que lleva adelante organizaciones sociales. Yo creo que puede ser que haya gente que haya cometido errores, pero se han desmantelado muchas organizaciones sociales que tal vez no tenían una profunda organización, porque se apoyaban mucho en los alimentos que tenían o en el Potenciar Trabajo. Siendo que se recortó todo eso, mucha gente se tuvo que ir de esas organizaciones. Pero la gente no ve con buenos ojos eso, porque era una contención que hoy se siente que falta.

Claudio Mardones: Quería preguntarle sobre el comportamiento en la votación en la percepción porteña. ¿Cómo ha sido la gestión porteña en este momento? Hubo un conflicto para poder lograr que hubiera una articulación entre la Ciudad y la Nación para conectar agua potable a través de AySA, la empresa estatal de agua potable. Vino un frío importante, y en ese contexto otra vez el consumo de electricidad hace que se recalienten los transformadores. Algunos dicen que, aun en tiempos de campaña, con elecciones dobladas, la situación sigue siendo tan precaria como antes.

Sí, la verdad es que se siente un corrimiento del Gobierno de la Ciudad en distintos aspectos. Para lo alimentario, si bien algunas organizaciones o grupos dicen que falta, yo creo que en eso, al menos por lo que alcanzo a ver, no es tanto lo que haya bajado, sino que creció la demanda de la gente. Sobre lo que sería la integración socio-urbana, los tendidos eléctricos y las cloacas, falta muchísimo. Hay muchas deudas pendientes. Incluso no se avizora un paso adelante en la gran deuda que es la gente del camino de Sirga, que vive a la vera del Riachuelo. Son más de 700 familias que todavía no pueden tener la certeza de que van a tener una casa.

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CM: Estamos hablando de los vecinos que viven al lado del Riachuelo, luego de una controversia con la Corte que ordenó su reubicación, porque muchos de los niños tenían plomo en sangre por vivir allí.

Claro. Y eso fue hace ya más de 15 años. Hay una parte que nunca se reubicó, incluso en la gestión anterior. En una primera parte se había avanzado muchísimo. Y en una segunda parte, durante la última parte de la época de Larreta, bajó notoriamente. Ahora, casi que ni se habla de eso. Tengo entendido que hubo unos pequeños acuerdos ahora entre AySA y el IVC (Instituto de Vivienda de la Ciudad), pero todavía no está de manifiesto que se solucionen todos los problemas de agua. Hay gente que sigue con falta de agua y se corta la luz en muchísimas ocasiones.

CM: Si se corta la luz, se corta todo. Se corta la calefacción, y en muchos casos las bombas para el agua también.

Obvio, por supuesto. Ni hablar de la presencia de las fuerzas de seguridad.

CM: ¿A qué se refiere?

También hay una falta de presencia de fuerzas de seguridad. O por lo menos, una falta de claridad en la política de seguridad hacia dentro de la villa.

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