La guerra entre Israel e Irán recrudeció en las últimas horas con ataques mutuos, pese al pedido de calma de la comunidad internacional. Hay un temor creciente de que el conflicto se prolongue y provoque otro baño de sangre en Oriente Medio.
La aviación israelí lanzó un nuevo bombardeo sobre Teherán y, en particular, contra la sede del Ministerio de Defensa de Irán, destruyendo parte del edificio. En “un ataque contra Teherán esta noche por parte de la fuerza aérea del régimen sionista, la sede del Ministerio de Defensa fue el objetivo. Uno de los edificios sufrió daños leves”, dijo la agencia de noticias Tasnim.
Los ataques israelíes también tuvieron como blanco varias refinerías iraníes, lo que provocó un enorme incendio. Las explosiones y el fuego iluminaron el cielo. “Arde Teherán”, escribió en la red social X el ministro de Defensa israelí, Israel Katz.
Irán, por su parte, lanzó en la madrugada del domingo una nueva salva de misiles contra Israel en un ataque dirigido a centros de reabastecimiento de aviones de combate, afirmaron los Guardianes de la Revolución, ejército ideológico de la República Islámica.
“Las instalaciones de producción de combustible para los aviones de combate y centros de aprovisionamiento de energía fueron atacados por drones y misiles”, indicó el cuerpo de élite iraní en un comunicado.
Los ataques iraníes también afectaron varias ciudades del norte, entre ellas Haifa, Tel Aviv y Jerusalén. Según el diario Haaretz, las explosiones dejaron al menos tres muertos y una docena de heridos.
Esta nueva ola de ataques se produce tras una serie de amenazas de destrucción mutua. “Teherán arderá si (el ayatolá) Alí Jamenei sigue disparando misiles contra el frente interno israelí”, había advertido Katz, uno de los halcones del gobierno israelí, lo que finalmente ocurrió.
“El dictador iraní está convirtiendo a los ciudadanos iraníes en rehenes y creando una realidad en la que ellos, especialmente los residentes de Teherán, pagarán un alto precio por el daño criminal causado a los civiles israelíes”, afirmó Katz.
Más tarde, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, reafirmó la escalada verbal advirtiendo que “vendrán más” ataques contra Irán. “Muy pronto verán aviones israelíes en el cielo de Teherán. Atacaremos todos los sitios y objetivos del régimen”, afirmó Netanyahu, quien aseguró contar con el “apoyo manifiesto” del presidente estadounidense, Donald Trump.
Los iraníes también esgrimieron una serie de amenazas. El presidente de la República Islámica, Masud Pezeshkian, prometió una respuesta “más fuerte” si Israel continúa atacando a su país.
Irán acusó a Israel de precipitar a Oriente Medio en un “peligroso ciclo de violencia” y de socavar las conversaciones entre Teherán y Washington sobre el programa nuclear iraní. Pezeshkian aseguró que “Irán no aceptará exigencias irracionales bajo presión y no se sentará a la mesa de negociaciones mientras el régimen sionista continúe con sus ataques”.
Israel sostiene que el objetivo de su ofensiva es desmantelar las capacidades militares y nucleares de su archienemigo. Y afirma que dispone de información de sus servicios de inteligencia según la cual Irán se está acercando a un “punto de no retorno” en su avance por desarrollar una bomba atómica.
Freno a las negociaciones. La ofensiva israelí ocurrió en momentos en que Irán está bajo fuertes presiones de EE.UU. para alcanzar un acuerdo. Washington y Teherán tenían previsto mantener una nueva ronda de negociaciones este domingo, con la mediación de Omán.
Sin embargo, “en estas circunstancias y hasta que la agresión del régimen sionista contra la nación iraní se detenga, no tendría sentido participar en un diálogo con una parte que es el mayor apoyo y cómplice del agresor”, afirmó la Cancillería iraní.
Trump y Putin hablaron sobre la crisis
Agencias
La comunidad internacional en su conjunto salió a pedir moderación a los gobiernos de Israel e Irán y reclamó negociaciones urgentes para resolver el conflicto que amenaza con extenderse, pero en los hechos el enfrentamiento dividió las aguas entre las potencias.
Ayer, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, habló con su par ruso, Vladimir Putin, en un intento por solucionar la crisis. Ambos dijeron que la guerra “debe terminar”.
“El presidente Putin me llamó esta mañana para desearme muy amablemente un feliz cumpleaños”, dijo Trump, quien ha cumplido 79. “Él y yo creemos que esta guerra entre Israel e Irán debe terminar y, como expliqué, su guerra también debe terminar”, añadió en su plataforma Truth Social, refiriéndose a la invasión rusa a Ucrania.
Se trata de la quinta conversación telefónica entre los presidentes ruso y estadounidense desde que Trump asumió el cargo y buscó acercarse a Rusia, marcando un giro respecto al enfoque de la istración de Joe Biden.
“La peligrosa escalada en Oriente Medio fue, por supuesto, el tema central de la conversación”, indicó el Kremlin, que horas antes había anunciado el respaldo a su aliado, Irán.
China, por su parte, apoyó abiertamente a la República Islámica de Irán en la “defensa de sus derechos legítimos”, según expresiones de Wang Yi, el canciller del gigante asiático, en una llamada con su homólogo iraní.
Las acciones de Israel “violan gravemente las normas esenciales que gobiernan las relaciones internacionales”, agregó Wang.
En Europa, las principales potencias reclamaron también un diálogo, pero algunas de ellas, como el Reino Unido, brindaron protección a Israel.
“Desplegamos recursos en la región, incluyendo aviones de combate, en el marco de un apoyo de emergencia”, sostuvo el primer ministro británico, Keir Starmer.
El presidente Emmanuel Macron, en tanto, dijo que “Francia reafirma el derecho de Israel a protegerse y a garantizar su seguridad”, y se opone al programa nuclear iraní.