Autos incendiados, helicópteros sobrevolando barrios enteros y militares patrullando las calles. Desde hace días, Los Ángeles atraviesa una de las semanas más tensas desde que Donald Trump asumió su segundo mandato en la Casa Blanca. Todo comenzó el viernes 6 de junio, cuando el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) detuvo a 44 extranjeros, considerados inmigrantes indocumentados.
Los operativos migratorios realizados el pasado viernes por las autoridades federales provocaron tensiones y protestas en el centro de la ciudad para exigir la liberación de los arrestados. Las manifestaciones se intensificaron en uno de los puntos intervenidos por las autoridades, cuando múltiples personas intentaron bloquear la salida de los agentes federales. Allí se dio el primer enfrentamiento entre comunidades inmigrantes y oficiales, cuando utilizaron bombas de humo para dispersar a la multitud.
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Sábado 7 de junio: movilización de 2.000 efectivos
El sábado por la madrugada el conflicto escaló y el Gobierno de Estados Unidos anunció la movilización de unos 2.000 efectivos de la Guardia Nacional con el fin de contener las protestas iniciadas el día anterior. Trump autorizó la movilización de agentes nacionales tras justificar que ni el gobernador de California, Gavin Newson, ni la alcaldesa de la ciudad, Karen Bass, tuvieron la capacidad de frenar las manifestaciones.
Las tensiones aumentaron cuando el equipo táctico de ICE y de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP), allanaron una empresa en Paramount y reportaron al menos 65 arrestos en el operativo. La maniobra se encontró con una resistencia significativa por parte de los manifestantes, quienes bloquearon la salida de vehículos federales. Para dispersar a los vecinos los agentes federales recurrieron a estrategias de tipo militar.
El gobernador del estado demócrata opinó: "La movida del presidente Trump (...) es un alarmante abuso de poder". "Es importante que respetemos la autoridad ejecutiva de los gobernadores de nuestro país para manejar su Guardia Nacional", dijo en un comunicado.
Domingo 8 de junio: La Guardia Nacional arribó Los Ángeles
El domingo comenzaron a llegar tropas de la Guardia Nacional. Aproximadamente 300 fueron desplegados en tres puntos de la ciudad. Mientras Trump dejó abierta la posibilidad de desplegar tropas militares en otras ciudades, afirmó que aseguran “una muy severa legalidad y orden” en Los Ángeles.
Ese mismo día, más de mil manifestantes se enfrentaron con los soldados de la Guardia Nacional, quienes utilizaron granadas de estruendo y gases lacrimógenos para dispersar a la multitud. También reportaron la detención de 60 personas. Newson, en un comunicado afirmó: “California, no le des a Donald Trump lo que desea. Alcen la voz. Permanezcan en paz.
Por la noche, los agentes intervinieron luego de calificar a las protestas como una "reunión ilegal". La Guardia fue desplegada justo cuando personas lanzaron objetos a la policía desde detrás de una barrera improvisada.
Lunes 9 de junio: envío de 700 marines
El lunes, Donald Trump anunció que enviaría 700 marines y otros 2000 soldados adicionales pertenecientes a la Guardia Nacional estadounidense para frenar las manifestaciones en Los Ángeles. La decisión provocó una furiosa respuesta del gobernador de California, Gavin Newson, quien calificó el despliegue como una medida “desquiciada”.
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Un funcionario republicano de su istración sostuvo que “marines estadounidenses en servicio de Camp Pendleton serían desplegados en Los Ángeles para ayudar a proteger a los agentes y edificios federales”. En un principio se trataba de 500 marines, pero la cifra se actualizó a un total de 700 efectivos.
Por la tarde, luego de conocerse la medida del presidente, se gestaron múltiples protestas en Los Ángeles en un parque frente al Ayuntamiento, donde se exigió la liberación del líder sindical David Huerta, arrestado el viernes y acusado de fomentar los disturbios.
En las últimas horas del día, las autoridades del estado de California anunciaron el despliegue de más de 800 agentes del orden estatal y local en la ciudad de Los Ángeles para “limpiar el desastre causado por el presidente Trump”. La Oficina del gobernador aprovechó para recordar a los manifestantes que, si bien "tienen derecho a expresarse, deben mantener la paz".
Martes 10 de junio: Cuarto día de protestas
El cuarto día de manifestaciones fue, relativamente, el menos conflictivo. La tropa de la Guardia Nacional se mantuvo al margen de los enfrentamientos entre manifestantes y la policía local en toda la región de Los Ángeles. Sin embargo, el Departamento de Policía de la ciudad señaló que fueron detenidas 67 personas.
En este marco, Trump alegó que si no hubiese “enviado tropas” a Los Ángeles la ciudad habría quedado “reducida a cenizas” ante la labor “incompetente" de la alcaldesa, Karen Bass, y el gobernador, Gavin Newson. En este sentido, aseguró que los permisos de reconstrucción de las viviendas ya están "prácticamente acabados" y, en cambio, las autorizaciones locales o estatales, "fáciles y simples", van "muy atrasadas".
La propia Bass anunció que entraría en vigor un toque de queda de emergencia en el centro de la ciudad a partir del martes por la noche, como respuesta a las manifestaciones y el despliegue de tropas federales en la zona.
Miércoles 11 de junio: Toque de queda
Durante la madrugada del miércoles, la Policía de Los Ángeles realizó múltiples arrestos tras la entrada en vigor del toque de queda nocturno. Las manifestaciones derivaron en saqueos y actos de vandalismo, por lo que reportó que, al menos, 25 personas fueron detenidas.
La alcaldesa de la ciudad no dejó en claro hasta cuándo regirá la medida. Lo cierto es que, hasta este miércoles, Bass confirmó que el total de detenidos supera las 350 personas, de las cuales poco más de 300 son inmigrantes, según declaraciones del presidente Donald Trump.
BGD