El exintendente Ramón Mestre, junto a sus aliados en Más Radicalismo, sigue batallando por las “internas” en medio de un choque de fuerzas muy dispar ante el núcleo de poder de Rodrigo de Loredo. El “factor Milei” tensiona hacia adentro, con miras a las Legislativas.
En el cambio de época en Casa Radical, hace rato que el poder pasó de manos y los roles se invirtieron. Entre los memoriosos boinas blancas aún recuerdan cuando Mestre ostentaba el poder y no le daba la interna a De Loredo. Ahora, ocurre al revés. Así es el “juego de roles” en el radicalismo vernáculo.
En el marco de la judicialización de la rosca radical con tonada, Mestre y sus aliados alfonsinistas llevaron su reclamo del llamado a elecciones internas ante el juez federal con competencia electoral Miguel Hugo Vaca Narvaja.
Estaba prevista una audiencia que fue suspendida por el magistrado “hasta tanto la totalidad de órganos internos involucrados se expidan de manera definitiva en relación al proceso electoral cuestionado” por la oposición radical.
Aún falta que el Congreso partidario se reúna a fin de refrendar la resolución adoptada por su Mesa Ejecutiva, que fue aprobada por 12 contra 5 de sus . Votación que perdió el mestrismo ante la alianza dominante de De Loredo.
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En su última resolución, Vaca Narvaja pospuso la audiencia al hacer lugar a la solicitud del apoderado partidario que responde al diputado. De todos modos, le pidió a la UCR “acelerar el proceso electoral” interno y fijar fecha para la sesión del pleno del máximo órgano partidario. Se busca así garantizar la convocatoria a elecciones, en el caso de que no haya un acuerdo puertas adentro. Intendentes y jefes territoriales demandan un consenso. No quieren saber nada con el desgaste “sin sentido” de comicios internos.
Sobre la base de los dichos del magistrado, el mestrismo volvió a la carga en una vuelta de rosca a la pulseada interna, pero volvió a perder. La Mesa Ejecutiva del Congreso (por 11 contra 5) ratificó la facultad otorgada al Comité Provincia, encabezado por Marcos Ferrer, a diferir el llamado a elecciones internas, sin fijarle plazos perentorios.
La cúpula partidaria presidida por Ferrer se reunirá en las próximas semanas. No hay fecha, pero será antes de fin de mes. Los que interpretan al dedillo el pulso interno advierten que “no se esperan novedades de peso” de ese encuentro, porque no hay plazos perentorios fijados por el Congreso.
En el entorno de De Loredo insisten en cuestionar lo “prematuro” de los movimientos de Mestre. En el cronograma electoral aparece el 7 de agosto como una de las fechas clave. Es el plazo fatal para la presentación de alianzas. “Falta mucho”, remarcan los deloredistas puros.
En su círculo próximo y entre los aliados tienen en claro que De Loredo encabezará una coalición en Córdoba para competir el 26 de octubre. El tamaño de la escudería está por verse. Las opciones que se barajan son las mismas, un frente amplio con LLA o una coalición con el PRO de Mauricio Macri, aunque irrumpió con fuerza el libertario Franco Mogetta en el escenario local, mientras Juan Schiaretti mantiene la incógnita en el PJ.
