El fiscal federal, Maximiliano Hairabedián, lidera una pesquisa que logró desarticular dos bandas narco que distribuían cocaína y marihuana en Córdoba Capital y Río Ceballos.
Si bien había conexión entre ambas, actuaban en forma autónoma y a diferente escala.
La de mayor envergadura tenía al frente a dos hombres de apellido Pérez que fueron detenidos. Ellos no tenían kioscos de narcomenudeo sino que distribuían. Eran intermediarios.
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La otra, a cargo de una mujer de apellido Vivas -también detenida- movía menores cantidades de estupefacientes pero había diversificado el negocio incorporando cambio de monedas, venta de oro y préstamos de dinero. Para eso, tenía un local dentro de un edificio ubicado en Rivadavia y 25 de Mayo, en plena city cordobesa.
Ella les solía cambiar dólares y, cuando los Pérez requerían más drogas para la venta, también se las proveía.
Los detectaron por comunicaciones telefónicas con otros narcos identificados por la Justicia. Hasta ahora se presume que movían dinero fresco, en efectivo, sin dejar huellas en transacciones bancarias.
Esta semana la Policía Federal realizó 10 allanamientos simultáneos y secuestró cocaína, marihuana, cogollos, dinero en efectivo, 30 teléfonos celulares y balanzas de precisión.