Mario Mainardi fue la última persona que vio con vida a Cecilia Basaldúa en Capilla del Monte. La familia de la víctima lo apunta como el principal sospechoso de su femicidio. Después de años de insistencia de los familiares de Cecilia, la Justicia citó al hombre a una extracción de sangre para investigar si tuvo o no relación con el crimen.
La medida, ordenada por la Fiscalía de Cruz del Eje, busca contrastar su ADN con evidencias del caso, en un intento por avanzar en una investigación marcada por demoras, irregularidades y acusaciones de encubrimiento de parte de la familia Basaldúa.
Mainardi, quien actualmente reside en Santa Fe, fue la última persona que vio con vida a la mujer el 5 de abril de 2020, cuando la alojó en su casa de Capilla del Monte. Según relató la abogada de la familia, Daniela Pavón, el sospechoso llegó custodiado por la policía, tomó fotos del edificio e incluso selfies con los tribunales de fondo antes de retirarse en un móvil policial.
La notificación para la extracción de sangre llegó a la defensa de la familia apenas un día antes, a través del Sistema de Actualización de Causas (SAC), lo que reavivó las críticas por la falta de transparencia en el proceso.
Además, se reveló que, en noviembre de 2023, la Fiscalía había ordenado notificar a testigos clave, pero la Comisaría de Capilla del Monte no lo hizo, alegando falsamente que no los había localizado. Esta manipulación motivó una denuncia formal de la Dirección Nacional de Protección de Grupos en Situación de Vulnerabilidad, que también solicitó que esa unidad policial sea apartada de las notificaciones.
Cinco años de impunidad y sospechas de encubrimiento
El femicidio de Cecilia Basaldúa cumplió cinco años sin justicia. La joven, que viajó a Capilla del Monte para escribir un libro, quedó varada por la pandemia y fue expulsada del Camping Municipal. Una mujer conocida como Viviana Rasta la llevó a la casa de Mainardi, donde desapareció. Su cuerpo fue hallado el 25 de abril de 2020, con signos de violencia sexual.
En 2022, la entonces fiscal Paula Kelm llevó a juicio a un único acusado, quien fue absuelto. La familia y los querellantes sostienen que se encubrió a los verdaderos sospechosos, entre ellos Mainardi, cuya extracción de ADN llega tras años de reclamos.