El fiscal de Instrucción Juan Pablo Klinger solicitó la elevación a juicio del exdirigente de Derechos Humanos, Fernando Armando Albareda por el homicidio triplemente calificado de su madre y por haber incurrido en falso testimonio en una denuncia anterior.
La acusación se centra en dos hechos principales que, según la fiscalía, lo señalan como responsable tanto de la muerte de su madre como de haber simulado amenazas previamente.
Amenaza simulada
En dos ocasiones, en diciembre de 2023, Albareda concurrió a la Justicia para denunciar que personas desconocidas colocaron carteles con frases intimidatorias y cinco cartuchos de arma de fuego en la puerta de su domicilio, en barrio Villa Cabrera.
Albareda vinculó falsamente estos mensajes con el contexto político, su actividad dando charlas en la Policía de Córdoba, y la amenaza de "juntarlo con su papito" en referencia al asesinato de su padre, Ricardo Fermín Albareda.
La investigación, respaldada por una pericia caligráfica, determinó que fue él mismo quien confeccionó y colocó los carteles. En ese momento, Albareda se desempeñaba en la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación.
El brutal crimen de la madre
La acusación más grave se refiere al homicidio de su madre, Susana Beatriz Montoya.
Según lo acusación, la perpetró el 1 de agosto del año pasado, después de planificar el ataque al detalle.
El móvil del crimen, según la fiscalía, fue una mezcla de resentimiento hacia ella, derivado de su historia vital y una "apetito desmesurado de riqueza" ante el inminente cobro de una importante suma de dinero proveniente de un reclamo istrativo relacionado con la restitución del estado policial de su padre. De hecho, iba a cobrar una millonaria indemnización, que Albareda se encargó de gestionar.
Familiares y amigos declararon que Albareda reclamaba parte del dinero que su madre estaba por percibir y que la relación entre ellos era conflictiva.
El 1 de agosto del 2024 llegó al domicilio de su madre, estacionó el auto lejos para no ser advertido e ingresó a la vivienda sabiendo que ella estaba sola. El ataque se produjo por la espalda, con alevosía, aprovechando la sorpresa y la vulnerabilidad de la víctima, que tenía 74 años y varios problemas de salud y de movilidad, al punto de usar bastón.
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La causa de muerte fue la confluencia del traumatismo de cráneo y la asfixia mecánica por estrangulamiento. Además, las pericias indicaron que hubo lesiones post-mortem, causadas con un arma blanca y el intento de quemar el cuerpo.
Después de cometer el homicidio, Albareda escribió mensajes intimidatorios en una pared de la vivienda utilizando lápices labiales de la víctima que decían: "Los vamos a matar a todos. Ahora van tus hijos. HDP. #Policía".
El fiscal sospecha que intentó desviar el foco de atención en la investigación para vincular el crimen con las amenazas, también falsas. La pericia caligráfica confirmó que la escritura en la pared coincide con la de los carteles de 2023 y la letra de Albareda.
Por ambos sucesos, el fiscal elevó el caso a juicio acusando a Albareda como autor penalmente responsable de falso testimonio reiterado y de homicidio calificado por el vínculo, alevosía y codicia.