Al ritmo de la profundización del conflicto gremial, el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) adoptó medidas extremas de seguridad en el edificio de Tribunales I, donde tienen sus despachos los vocales del máximo cuerpo y la Fiscalía General. Todas las puertas de ingreso se mantuvieron cerradas. Allí también funciona el Fuero Civil y Comercial y varias oficinas dependientes del máximo cuerpo judicial cordobés.
Esa situación se observó hoy, aunque la jornada de paro y movilización fue ayer martes.
Este miércoles amaneció no sólo rodeado con un extenso vallado frente a la escalinata principal de Caseros; sino también en la de Duarte Quirós, donde un cartel indica “Ingreso por Bolívar”.
El papel impreso ni siquiera refiere a los enormes portales que destacan al edificio por su fisonomía arquitectónica. En realidad, sólo es posible acceder al interior de tribunales por la playa de estacionamiento donde hay guardias de seguridad y policías que custodian el ingreso.
Para llegar a los juzgados o cámaras civiles tampoco se puede atravesar la playa entre los autos. No. Hay que circular por el subsuelo en sentido horario. Atravesar ventanillas de Ujieres, del Boletín Judicial, hasta ver nuevamente la luz o llegar al corazón del edificio. Un recorrido por las catacumbas judiciales.
Si se procura llegar a las oficinas del Tribunal Superior o Fiscalía General, no es posible hacerlo sin que un guardia de seguridad franquee la entrada.
El Salón de los Pasos Perdidos es un desierto.
Los custodios preguntan cuál es el destino que procura alcanzar cada del servicio de justicia que, paradojalmente, lejos del abierto a la ciudadanía que predica se observa totalmente sitiado.