El juicio por las muertes y ataques a bebés en el Hospital Materno Neonatal entre marzo y junio del 2022 avanza en la etapa de conclusiones de las partes. Este lunes comenzaron los alegatos de las querellas particulares.
En primer término expuso el abogado Carlos Nayi, querellante por parte de los padres de cinco recién nacidos víctimas de la presunta actividad criminal, quien hoy martes concluyó y pidió penas efectivas para todos los acusados.
Para Brenda Agüero a quien considera responsable de los homicidios y tentativas de homicidios, la pena máxima de prisión perpetua.
Al referirse al exministro, Diego Cardozo, Nayi dijo que “mintió” y que fue “un impostor”. En el transcurso del juicio, se incorporó como prueba documentación que acredita que, como médico, trabajó en el Policlínico Policial con el rango de subinspector. Su estado policial le otorga una responsabilidad mayor -a decir de Nayi- por no informar a la Justicia su condición.
Nayi también profundizó sobre el pedido al tribunal para que se declare al hospital incurso en violencia institucional por los padecimientos de las madres al concurrir a dar a luz y por la serie de conductas posteriores omisivas y encubridoras de la serie de ataques criminales. Las familias de los niños nunca fueron informadas de que sus hijos fueron parte de un universo de víctimas.
En cuando a los pedidos de condena, Nayi solicitó penas de prisión de cumplimiento efectivo para todos los acusados por encubrimiento. Para Brenda Agüero, prisión perpetua; Diego Cardozo, seis años; Liliana Asís, seis años; Claudia Ringelgheim, cinco años; Pablo Carvajal, seis años; Alicia Ariza, cinco años; Alejandro Escudero Salama, cinco años; Marta Gómez Flores, seis años; María Luján, tres años y seis meses además de multa e inhabilitación; Adriana Moralez, cinco años; Alejandro Gauto, cuatro años.

Sumatoria de indicios aportan certeza
La defensora oficial, Ana Pagliano, aportó una secuencia argumental en respuesta a cada una de las dudas que planteó a lo largo del juicio el abogado defensor de la enfermera Brenda Agüero.
Comenzó explicando con ejemplos cómo se construye una certeza a partir de prueba indiciaria, indicando que para que se instale una duda ésta debe ser “razonable”.
En ese marco rechazó cada una de las dudas que intentó plantear la defensa de Agüero, como que existió direccionamiento de la investigación, que hubo ensayos con medicamentos, la elección de una fiscalía como algo extraño, el ingreso de personas sin control, que se modificó todo el sector, o la existencia de sesgo de los peritos psicólogos y psiquiatras oficiales que analizaron de la enfermera. Desmenuzó cada aspecto rechazando la razonabilidad de cada aseveración para horadar la convicción de su participación.
Luego también se refirió a su perfil psicológico señalando que las perturbaciones psicológicas de la acusada no pertenecen a una patología o alteración mental.
Sobre los funcionarios desmoronó la defensa invocada: que había directivas de denunciar y todos creyeron que se había dado intervención a la justicia. “Eso se cae solo porque los hechos continuaban, nadie los citó, no había allanamientos; sabían que nadie estaba haciendo nada y era tan simple denunciar lo que estaba pasando”, subrayó Pagliano.
La defensora oficial consideró que ahí radica la violencia institucional que persistió como un “mecanismo de engranaje que se irradia” desde arriba hacia abajo.
Sobre Cardozo, Pagliano demostró "fisuras" en su declaración defensiva, en relación a cuándo se enteró. Pagliano sostuvo que el ministro supo a fines de abril el reemplazo del lote de la Vitamina K porque ya había casos sospechosos. ¿Ustedes creen que el 7 de junio, el doctor Cardozo sólo supo que había cuatro casos si antes ya conocía sospechas de hechos inexplicables?
Del mismo modo se refirió al resto de los funcionarios.