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Estados Unidos

Trump quiere mantener el predominio nuclear

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Michael Katsios. Director de Política Científica y Tecnológica de la Presidencia. | bloomberg

La última semana de mayo, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció su objetivo de cuadruplicar para 2050 la capacidad de energía atómica de su país. Es una decisión coherente con su objetivo de mantener el primer lugar de Estados Unidos en temas claves y de dar una estrategia en ello al sector privado. Por eso planteó acelerar la construcción de reactores nucleares, reformando la “cultura adversa al riesgo” vigente en las regulaciones. Es que el desarrollo nuclear ha tenido una serie de limitaciones dados los riesgos de que se salga de control, causando daños importantes, como, entre otros casos, con Fukushima en Japón y Chernobyl en Ucrania.

En función de esta política, en el mismo acto Trump ordenó al Departamento de Energía que acelere el inicio de la construcción de diez grandes reactores para 2030 y contribuya a financiar la modernización energética de los reactores existentes. La orden ejecutiva está integrada por cuatro decretos, en los cuales insiste en que la Comisión Reguladora Nuclear tiene una “cultura excesivamente reacia al riesgo” que establece que las instalaciones nucleares produzcan el menor número de emisiones, incluso por debajo de las naturales.

El director de Política Científica y Tecnológica de la Presidencia, Michael Katsios, dijo que las órdenes ejecutivas pondrán en marcha un “renacimiento nuclear estadounidense” y agregó que “los grandes innovadores y emprendedores estadounidenses se han enfrentado con obstáculos” en lo que respecta a la tecnología nuclear.

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Las cuatro órdenes ejecutivas (que en Estados Unidos equivalen a decretos) firmadas el 23 de mayo están vinculadas con dos áreas de gobierno: la de energía ya mencionada y la de defensa, es decir, que se prevé el uso nuclear con fines militares. Permite la construcción de reactores nucleares en terrenos federales, reformar la Comisión Reguladora Nuclear y aumentar la minería y el enriquecimiento de uranio en Estados Unidos, un insumo fundamental para el desarrollo nuclear.

El presidente también firmó una orden para reinstalar lo que la Casa Blanca denominó “ciencia con estándares de oro”, en un momento en el que el Gobierno ha recortado miles de millones de dólares en subvenciones federales para la investigación científica y ha reducido el personal de las agencias federales enfocadas en la ciencia. Algo similar ha sucedido con la carrera espacial. En ella se ha reducido en general el presupuesto de la NASA, pero se ha aumentado específicamente el destinado a acelerar la llegada a Marte. “Hoy firmamos importantes decretos que nos convertirán en la verdadera fuerza de esta industria, que es enorme”, sostuvo Trump en la presentación de las órdenes ejecutivas.

La Oficina de Energía Nuclear tiene un recorte de cuatrocientos millones de dólares, aunque no parezca coherente con la decisión anunciada. Pero ello se ve más que compensado con el incremento de otras partidas. Por su parte, el secretario de Interior, Doug Burgum, quien estaba presente, lamentó el “exceso de regulación” y elogió la inversión de capitales de riesgo en la industria y a Trump por su compromiso energético, diciendo que ello permitirá “ganar la guerra armamentística de la inteligencia artificial con China”.

Lo suceda en los próximos años en el sector es señalado como determinante para lo que tendrá lugar en el próximo medio siglo, y esa fue la tesis desarrollada por el secretario del Interior. Una de las cuatro órdenes ejecutivas relacionadas con la energía nuclear acelera las pruebas de reactores en los laboratorios nacionales del Departamento de Energía, agilizando las solicitudes y los procesos de revisión y permitiendo un programa piloto de construcción en los próximos dos años.

Una segunda reduce las regulaciones específicamente para los Departamentos de Energía y Defensa, argumentando que usando terrenos federales para ello se tendrá “energía nuclear segura y confiable para alimentar y operar instalaciones críticas de defensa y centros de datos de IA”. Por su parte, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, calificó el avance en la desregulación nuclear como una necesidad de seguridad nacional. “Al tener capacidades nucleares modulares pequeñas, que se están implementando rápidamente y que podemos usar en nuestras bases aquí y en todo el mundo, estamos creando un entorno donde, si ocurren cosas en otros lugares, el Ejército (tanto en Estados Unidos como en China, este término se utiliza para representar a todas las Fuerzas Armadas) puede ser confiable”, sostuvo Hegseth.

Trump también exigirá que la Comisión Reguladora Nuclear tome decisiones sobre licencias en un plazo de dieciocho meses, lo que es permitido por la tercera orden ejecutiva.

En definitiva, la decisión tomada el 23 de mayo trasciende al actual presidente estadounidense.

*Director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría.