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Freno económico: “Fue un mes cargado de incertidumbre”

El economista, Gabriel Rubinstein, explicó cómo el clima de desconfianza en marzo paralizó decisiones económicas y afectó la actividad tras meses de recuperación.

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En diálogo con Canal E, el economista Gabriel Rubinstein explicó los factores detrás de la desaceleración económica de marzo y advirtió sobre los desafíos que enfrenta la economía argentina para sostener el crecimiento.

Marzo, un mes marcado por la incertidumbre

Fue un mes cargado de incertidumbre”, afirmó el entrevistado, al explicar el freno en la actividad económica registrado en marzo tras diez meses de recuperación. Según el economista, uno de los factores determinantes fue el anuncio del ministro de Economía, Luis Caputo, sobre un posible cambio en el sistema cambiario.

El dólar subió, el riesgo país subió, subieron las tasas de interés”, enumeró Rubinstein, subrayando cómo estas variables generaron un clima de parálisis en la toma de decisiones económicas. La incertidumbre, explicó, se despejó recién un mes más tarde.

Además del contexto general, mencionó sectores particularmente golpeados: “Los sectores industriales y la construcción la están llevando peor”, dijo, aludiendo a la suba de costos en dólares sin un correspondiente ajuste en precios, lo que afectó los márgenes de ganancia.

Abril, señales de rebote económico

Frente al panorama de marzo, abril trajo señales más alentadoras. “Estamos previendo en la consultora que la actividad económica va a mejorar en abril, con un rebote más o menos fuerte”, anticipó Rubinstein.

Aunque reconoció que la liberación parcial del cepo para personas físicas podría tener un impacto limitado, aclaró que habrá que esperar para ver su verdadero alcance. “Si alguien saca la plata de la caja de seguridad y hace un gasto nuevo, ahí sí hay impacto. Si reemplaza un gasto existente, no cambia nada”, analizó.

La banda cambiaria: ¿medida acertada o riesgo futuro?

Sobre la implementación de una banda de flotación del tipo de cambio entre 1.000 y 1.400 pesos, Rubinstein consideró que fue una decisión necesaria para estabilizar el mercado: “Era muy necesario aumentar la reserva del Banco Central, porque era una situación muy peligrosa”.

Sin embargo, advirtió sobre riesgos latentes: “El mayor riesgo de la banda cambiaria es que el techo termine pareciendo un piso”, alertó. Si el tipo de cambio en el techo es percibido como demasiado bajo, podría volver a generarse una demanda masiva de dólares. “No está asegurado que ese techo vaya a persistir para siempre”, concluyó.

Empleo e inversión: el talón de Aquiles

Respecto a la posibilidad de generar empleo e inversiones sostenidas, Rubinstein fue cauteloso. “Dependemos mucho de quién gane las elecciones. Esa es una macana”, dijo, remarcando que la inestabilidad política sigue siendo una gran barrera para el desarrollo a largo plazo.

Según su visión, “no logramos tener una macroeconomía a prueba de cambios de gobierno”, y eso desalienta las inversiones de largo plazo. Las decisiones de capital importantes , de 10 o 20 años, se frenan por falta de garantías institucionales.

A esto se suma un modelo económico que considera frágil: “Está muy basado en un dólar relativamente bajo, y si hay cambio de gobierno, puede ponerse en tela de juicio”, dijo.

Esta vulnerabilidad estructural, que ya ocurrió en el pasado con la convertibilidad y durante la gestión de Macri, sigue presente y complica la llegada de capitales.