En medio de un paro de actividades en el Hospital Garrahan, la delegada sindical Teresa Alfaro, habló con Canal E y advirtió sobre la falta de respuestas del Gobierno y la sobrecarga laboral del personal de salud.
Paro en el Garrahan y falta de respuestas
“Estamos esperanzados, pero no tanto”, sostuvo la entrevistada, al referirse a la reunión con representantes del Congreso. La medida de fuerza, votada en asamblea, se extiende por 48 horas y es una de varias acciones escalonadas que el personal viene impulsando ante la falta de avances.
La semana anterior, en una reunión en el Ministerio de Trabajo, los funcionarios “dijeron que no sabían qué estábamos reclamando” y pidieron simplemente que retomen las tareas. “Realmente es una burla”, afirmó Alfaro. Según explicó, no hubo propuestas concretas por parte del Gobierno, lo que implicó una ruptura de hecho de la conciliación obligatoria.
Servicios críticos, bajo presión
Aunque el hospital mantiene sus puertas abiertas, “anda a media máquina”, precisó Alfaro. Solo se atiende a pacientes internados con historia clínica previa. A pesar del contexto, se llevó a cabo un trasplante renal que ya estaba programado. Las urgencias se siguen realizando, pero el personal denuncia un estrés creciente por la falta de recursos y personal.
La situación de los residentes médicos también es alarmante. “Levantaron el paro porque los amenazaron con despedirlos”, denunció la delegada. Estos profesionales están contratados por el Ministerio de Salud, a diferencia del personal de planta como Alfaro, que depende del Ministerio de Trabajo.
Décadas de servicio, sueldos precarios
Con 37 años en el hospital, Teresa Alfaro ingresó en 1988 y pasó 15 años en Neonatología. Actualmente trabaja en el área respiratoria, donde los pacientes, en su mayoría niños con respiración asistida, requieren cuidados altamente complejos. “Todo el hospital es complejo”, remarcó.
Sobre su sueldo, reveló: “Con una compañera completamos 1.400.000 pesos”, trabajando jornadas de 14 horas. Por otro lado, alertó que el personal de 22 horas, recientemente contratado, cobra apenas 600.000 pesos por 7 horas. “No lo amerita porque la complejidad con la cual se trabaja dentro del hospital es muy alta”, remarcó. En otros países, según Alfaro, estos pacientes estarían internados en unidades de terapia intensiva.
Terapias saturadas y salas desbordadas
Las terapias del Garrahan trabajan al límite de su capacidad. Para descomprimir, se han trasladado a salas comunes pacientes que, por su condición, deberían estar en terapia intensiva. “Las terapias que hay, que son cinco, no dan abasto”, explicó Alfaro.
La situación se agrava con la llegada del invierno. “Cuando llegue el frío en su máxima cresta, no sé qué van a hacer”, advirtió. Las madres de los niños internados duermen en el piso, y el temor al colapso se acrecienta. “Si no destraban este conflicto, los padres van a reaccionar como ya pasó una vez”, alertó, recordando episodios anteriores de desesperación.
Un conflicto que pide soluciones urgentes
Mientras el personal de salud sigue a la espera de una propuesta concreta por parte del Gobierno, las condiciones laborales se deterioran y la atención médica corre riesgo de colapsar. “Todo se resuelve en la asamblea”, recordó Alfaro, y aseguró que por ahora seguirán con paros escalonados. “Si uno hace un paro permanente, después, ¿qué le queda hacer? Nada”.
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